La dueña de casa tiene mucho que ver aquí, como también las mujeres maravillosas de su familia que agregaron orquídeas, petras, jazmines y margaritas que rodean a los árboles que dan sombra al patio. Desde allí, la casa se ve inmensa, por sus tonos claros y grandes aberturas, y desde unas cómodas reposeras permiten mojar los pies y tener la sensación más agradable en una piscina que se usa mucho y se disfruta también en el deck, donde se colocaron sillones y una sombrilla. El bambú y los ficus forman la muralla natural sin obstaculizar la brisa. Se escucha a las aves y a la perrita Olivia, que recorre incesante todos los lugares.
En los interiores muebles de estilo y otros contemporáneos reciben la luz diurna a plenitud. Desde las ventanas se pueden ver el coco fénix, pakova, canto rodados y cortezas en minijardines que entran visualmente al recibidor y sala. Lo más preciado en la deco, sin dudas, son los bellos cuadros de artistas nacionales y recuerdos de viajes como los de Marruecos.
La galería cuenta con pisos opacos de porcelanato para acompañar a la parrilla, que casi pasa desapercibida al igual que su conexión con la cocina y el sitio para el visicooler. Definitivamente, aquí es otra vida, la que el verano propone, para agradecer por esta naturaleza apacible, que hace olvidar al agobiante calor.
El concepto integrador de los ambientes sociales junto con la galería convierten al espacio en uno solo, aportando practicidad. Unos muebles nuevos exhiben vajillas, y el aparador es ideal para preparar el café. Sobre las mesadas, las orquídeas se muestran espléndidas.
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Las arquitectas que hicieron el proyecto y dirección de obra son Gabriela Parquet, Liza Fontclara y Martha Carvallo; la deco es de Leticia Vaesken.
Fotos Virgilio Vera