Sabiduría

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A los 80 años, una persona podría sentarse tranquila y mirar la cosecha de su vida, pero Antonio Castillo posee energía y una gran curiosidad por conocer el mundo de la filantropía, el cual le es revelado a los estudiosos, sabios y activos.

La Sociedad Teosófica Paraguay festeja su centenario y su presidente, Antonio Castillo, unido a varios integrantes de la rama Fraternidad, divulga la esencia de la misma. “Me dedico al estudio y también a algunas actividades en el campo, con mi familia en todo momento; además  de acompañar a mi madre, quien ya tiene 100 años”, relata este entusiasta investigador, que cuenta con seis nietos entre sus tesoros.

Respecto a quienes participan en esta organización civil, explica: “Nosotros, junto con el vicepresidente, Roque Cartes; la secretaria, Ana María Cáceres; la tesorera, Isabel Torales, y otros miembros, conformamos la comisión directiva de la Sociedad Teosófica en nuestro país, que es la rama Fraternidad”.

Fundada en Asunción, en 1912, por el teósofo español doctor Viriato Díaz Pérez, la Sociedad Teosófica está constituida en 60 países del planeta. “La sede central está en Adyar, India, y su presidenta actual es Radha Burnier. Para celebrar el centenario fundacional, se desarrollaron tres conferencias con invitados internacionales”, refiere Castillo.

El origen

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La Sociedad Teosófica Internacional fue instaurada en Nueva York por Helena Blavatsky, Henry Steel Olcott y William Judge, un 17 de noviembre de 1875. Sus objetivos de mayor relevancia son las libertades de pensamiento y expresión. Sostiene que la verdad debe buscarse a través del análisis, la reflexión y la devoción a elevados ideales. Su consigna es la paz y su aspiración es la verdad. Así entiende y aplica Antonio Castillo desde hace 45 años, cuando llegó a sus manos el primer libro sobre teosofía. “Lo más importante que aprendí es un sistema de vida que me permite conocer, apreciar y ayudar a otras personas, en cuanto a sus carencias de conocimientos y en su forma de vivir”, indica. En sus investigaciones, tuvo el apoyo de su señora, Deolinda Ortiz, ya fallecida. De sus cuatro hijos, su hija Elena es quien se interesa en algunos aspectos de la teosofía.

Esta agrupación fue creada con la finalidad de investigar la naturaleza del universo y el lugar de la humanidad dentro de él para promover la comprensión de otras culturas, y también formar un núcleo de fraternidad universal entre todos los seres humanos.

Para esclarecer

Según lo mencionado en el portal digital oficial de la Sociedad Teosófica Paraguay rama Fraternidad (www.sociedadteosoficaparaguay.com), resulta menester aclarar aquello que no es esta entidad, ya que “... ha sido identificada con ciertos tipos de actividades y, aunque puede sentir simpatía hacia ellas, no es su propósito especializarse en esos campos. La Sociedad Teosófica no es una secta religiosa”. El sitio referido especifica que tampoco se trata de una organización espiritista, de bienestar social ni que busque efectuar curaciones. “Su propósito fundamental es producir filántropos, sabios y activos, pues la vida prevé multitud de oportunidades para servir”, determina.

mirtha@abc.com.py