Las melodías del violín te roban lágrimas y suspiros

Cuando oímos un violín, directamente lo relacionamos con historias románticas, llenas de magia y nostalgia. Para Cristhian Díaz (18), ejecutar este instrumento representa una pasión que le da la posibilidad de transmitir una infinidad de sentimientos, que van desde la tristeza hasta la felicidad. “Tocar el violín me produce satisfacción, porque gracias a ello puedo manifestar ante los oyentes todo tipo de emociones”, expresa.

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El violín es un instrumento de cuerda frotada, como el violonchelo, la viola y el contrabajo. A diferencia de estos últimos, tiene un sonido agudo, mientras que los otros son más graves. Tuvo su origen en Italia y fue introducido en América por los franciscanos y jesuitas, quienes enseñaron a los indígenas el arte de ejecutarlo.

Cristhian empezó a tocar el violín a los 12 años y, actualmente, está estudiando Profesorado Elemental de Música en la Universidad Católica. Destaca que lo más llamativo de este instrumento es que se puede transmitir una infinidad de sentimientos a través de diferentes melodías. “Me alegro de haber optado por el violín, porque gracias al mismo puedo manifestar emociones fuertes y débiles, que van desde la tristeza hasta la felicidad”, afirma.

El joven comenta que ha tenido la oportunidad de formar parte de la Orquesta Sinfónica Juvenil del Paraguay y agrupaciones artísticas, como la de H2O Lago Ypacaraí. También pudo tocar de la mano de renombrados maestros en el ámbito de la música, entre los que se encuentran Luis Szarán y Pedro Vack.

“Para el violín, no hay un límite de aprendizaje, siempre podés saber algo nuevo; hay veces en que el propio maestro puede conocer cosas novedosas gracias a su alumno”, expresa Cristhian. Él considera que el secreto para ser un buen intérprete radica en el interés y las ganas que uno ponga para superarse siempre. El joven, quien además es barítono y forma parte de un coro, practica todos los días con su instrumento con el fin de mejorar sus habilidades.

“Para alguien que ama la música, es difícil dejar de lado este arte de un día para el otro”, afirma Cristhian, quien no piensa abandonar su pasión por el violín en el futuro. Finalmente, expresa que uno de sus deseos de aquí a unos años es poder transmitir a otras personas interesadas en ejecutar el instrumento todo lo que él aprendió desde sus comienzos.

Por Viviana Cáceres (18 años)

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