Hay personas que lo primero que hacen al despertar es tomar el diario o la revista para buscar su signo zodiacal en el horóscopo, queriendo saber cómo les irá en el transcurso del día, en cuanto al amor, el dinero y la salud. Por otro lado, están las que se niegan rotundamente a confiar en estas predicciones y las denominan pseudociencia, porque sostienen que solo sirven de entretenimiento.
Todo se remonta a Babilonia, hace unos 4000 años, cuando el hombre estudiaba la evolución de los cuerpos celestes en el tiempo, a la vez que identificaba la concurrencia de ciertos eventos en nuestro planeta. Así fue cómo nació la astrología, que es el "estudio de la posición y el movimiento de los astros, a través de cuya interpretación y observación se pretende conocer y predecir el destino de los hombres y pronosticar los sucesos terrestres", según la Real Academia Española.
Entonces, ¿es factible confiar en un pronóstico que se basa en cuerpos celestes que datan de hace más de 4000 años? Es sabido que se han encontrado nuevos astros y muchos otros han desaparecido. Además, las predicciones jamás podrían ser realizadas específicamente para cada persona; en realidad, son muy generales y suficientemente vagas como para ser aplicadas a una amplia cantidad de gente, sin importar si es del mismo signo zodiacal o no.
Desde tiempos inmemoriales, el hombre ha sido supersticioso y deseoso de conocer su destino y porvenir. De ahí proviene el origen de una fórmula infalible para que la mayoría de los astrólogos y hasta licenciados en ciencias ocultas hagan de sus "profecías" el negocio del siglo.
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Finalmente, si leés el horóscopo solo por diversión, pues que viva el humor; eso no le hace daño a nadie. Pero si sos de los que planifican su vida basándose en lo que dicen estas predicciones del día y la carta astral o, simplemente, te identificás con las características de tu signo, estarías formando parte del grupo de incautos que alimentan ese gran sistema mercantilista.
Por Ricardo González (19 años)
