Si en tu tiempo libre querés despejarte viendo televisión, lastimosamente no tenés muchas opciones, porque en los canales paraguayos solo observamos telenovelas mexicanas, programas faranduleros y también de formato chileno. Esto indica la escasa capacidad de la producción nacional, ya que es más fácil comprar un proyecto que crearlo.
Cuando nos ponemos a analizar por qué los paraguayos tenemos exigua cultura general, es sencillo llegar a una conclusión: la mayoría de las familias de nuestro país no tienen acceso al “cable”, por lo tanto lo único que pueden consumir es la programación nacional.
Aprender a cocinar y conocer un poco más de historia son situaciones que están muy ocultas en nuestras pantallas; ahora todo se trata de los atributos fisicos de las modelos o sobre cuál de los bailes fue más provocativo; atrás quedaron los días de leer libros y de alimentar nuestras mentes con literatura.
La mujer siempre fue un atractivo en la televisión, pero últimamente es necesario que esté bastante desvestida para conseguir más rating; esa ofensa al género femenino se está volviendo costumbre y hasta bien vista por la mayoría de los jóvenes. Dar este mal ejemplo a las niñas y adolescentes que están formando su personalidad puede llegar a afectar fuertemente sus conductas.
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Aunque las personas critiquen los programas nacionales, los ven, por lo menos para hablar mal de ellos, lo cual significa que son parte de la mayoría que consume esta pornografía disfrazada de show que se instaló desde hace un tiempo.
Los niños son los más perjudicados por este problema, porque desde que las madres tuvieron que salir a trabajar, muchos se crían con la televisión como ejemplo. Si observamos la programación que tenemos, podremos saber qué prototipo de jóvenes tendremos en el futuro.
Por Analía Almada (19 años)