La Academia Teta˜gua Kyre’y˜ se formó en el 2003; al principio era un grupo integrado por familiares, amigos y aficionados. En ese entonces llevaba el nombre de Los Halcones y se dedicaba a las artes marciales, pero luego dio un giro de 180 grados y se abocó completamente a la danza, bajo la dirección del Sr. Osvaldo Paredes y su esposa, Gladys Quintana.
El conjunto ha participado en distintos festivales latinoamericanos, difundiendo lo más exquisito de la música paraguaya, destacándose en cada una de sus presentaciones por el sapukái y el silbido de los varones. En sus inicios no todo era color de rosa, pues carecían de un local propio y ensayaban en el patio de una casa particular, bajo la sombra de un árbol.
“Nosotros jamás necesitamos de una barra o de un espejo para bailar”, manifestó Lourdes López (18), miembro del grupo, al comentar que en el ambiente de la danza existe mucha competencia. “Las otras academias nos menospreciaban, pero nunca dejamos que eso nos afectara”. Por último agregó que la danza de la botella es la presentación más aplaudida en el extranjero.
“Hasta hace poco formábamos un elenco, pero mediante el sacrificio de todos, y en especial el de la Prof. Gladys, se volvió oficialmente una academia”, menciona Maira Ojeda. Pese a que las autoridades no prestan la debida importancia al arte en nuestro país, el desarrollo, crecimiento y éxito artístico de este grupo joven es un claro ejemplo de que con perseverancia y esmero se puede transmitir lo mejor de nuestra cultura en cualquier rincón del mundo.
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Por Matías Orué (18 años)
