Absceso o inflamación

Un absceso cutáneo es una colección de pus en la piel y es causado por una respuesta de las defensas del cuerpo. Es una masa tierna rodeada por coloración roja, que puede aumentar de tamaño. Es causado por bacterias, parásitos y sustancias extrañas.

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El doctor Arnaldo Montiel, cirujano, informa que un absceso es una infección e inflamación del tejido del organismo caracterizado por la hinchazón y la acumulación de pus. Puede ser externo y visible, sobre la piel, o bien interno, y se presenta en cualquier parte del cuerpo 

“Los abscesos en piel son comunes y afectan a personas de todas las edades. Se presentan cuando una infección provoca la acumulación de pus en la piel. Los abscesos cutáneos se pueden presentar después de una infección bacteriana (frecuentemente por gérmenes comunes que se encuentran en la piel), una herida o lesión menor, forúnculos, foliculitis (infección en un folículo piloso)”, destaca el especialista.

El doctor Montiel señala que según su ubicación el absceso se puede clasificar en cerebral, pulmonar, anogenital (perianal), hepático y en piel absceso cutáneo (llamado comúnmente susu’a).

Por su parte, la doctora Rocío Ferreira, coloproctóloga, habla sobre el absceso perianal o susu’a: “se trata de una colección de material purulento localizado en los espacios adyacentes al ano o recto. Es la manifestación inicial de una infección que puede continuar con un proceso crónico y supurativo, lo que lleva a una fístula anal”.

“El absceso perianal es uno de los trastornos anorrectales más comunes en la consulta coloproctológica. Es más frecuente en varones que en mujeres, con un pico de incidencia entre los 30 y los 40 años de edad”, agrega.

El cirujano Montiel enfatiza que los síntomas pueden incluir: “fiebre o escalofrío, en algunos casos, hinchazón local alrededor del punto afectado, endurecimiento del tejido de la piel. Lesión en piel que puede ser una úlcera abierta o cerrada, o un bulto, enrojecimiento, sensibilidad y calor en la zona, supuración de líquido o pus”.

“En cuanto al tratamiento se puede aplicar calor húmedo con compresas calientes para ayudar a que el absceso se vacíe y sane más rápido. No comprimir ni aprietar el absceso. En algunos casos se necesitará realizar un drenaje y limpieza de la lesión con anestesia local”, añade.

El doctor apunta que “se puede dejar una compresa en la herida para ayudarla a sanar e inclusive se pueden necesitar antibióticos por vía oral para controlar la infección”.

La doctora Ferreira dice que “específicamente en lo que refiere al absceso perianal, la formación del absceso es el resultado de la infección de las glándulas situadas en el canal anal (origen criptoglandular). En condiciones normales estas glándulas secretan moco hacia el canal anal que facilita la defecación. Si de manera accidental la materia fecal tiene contacto con el interior de la glándula, esta se infectará y dará origen a un absceso. Además existen situaciones que facilitan esa infección como la presencia de hemorroides, fisuras anales y traumatismos”.

Ante el descubrimiento de un absceso consulte a su médico y siga sus indicaciones al pie de la letra.

Factores que inciden y complicaciones

La doctora Ferreira enfatiza que “existen ciertos factores que aumentan el riesgo de un absceso anorrectal, como el sexo anal, quimioterapia, diabetes, enfermedad inflamatoria intestinal, uso de corticosteroides e inmunodepresión”.

“Las personas con absceso perianal presentan dolor anal y perianal (síntoma más frecuente), espontáneo, pulsátil, continuo y muy intenso que aumenta al sentarse o defecar. Además tumefacción, enrojecimiento, calor en la zona afectada y fiebre”, resalta.

En tanto, el doctor Montiel dice que las complicaciones que pueden suceder por un absceso en la piel incluyen: diseminación de la infección en la misma zona, diseminación en la sangre y por todo el cuerpo, muerte del tejido afectado (gangrena)”.

“Debe mantener limpia y seca la piel que circunda las heridas menores para prevenir una infección. Consultar con el médico si nota signos de infección y tratarla oportunamente”, aconseja.

El diagnóstico 

La doctora Ferreira indica que el diagnóstico es sencillo y se basa en realizar una buena y completa historia clínica y exploración adecuada de la región rectal y anal.

“Como método de diagnóstico se utiliza la ecografía endorrectal, que permite identificar la localización exacta del absceso y su relación con el complejo esfinteriano y así decidir el tratamiento quirúrgico adecuado.

También son de utilidad la resonancia magnética nuclear y en menor medida la tomografía computarizada”, acota. 

En busca de la evolución favorable 

“Una vez drenado el absceso y con evolución favorable, quedará constituida una fístula perianal (en el 40% a 50% de los individuos), que requerirá una cirugía dos a tres meses después del drenaje quirúrgico del absceso”, explica pacientemente la doctora Rocío Ferreira.

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