La dislipidemia es la elevación anormal de concentración de grasas en la sangre. Esta patología puede ser de causa hereditaria o una mala nutrición.
El doctor Vladimir Vidal, clínico, explica que “la dislipidemia es la alteración del metabolismo de los lípidos en el organismo” y que “se trata de una falla en su funcionamiento”. Los lípidos son componentes esenciales de nuestro cuerpo, y sus trastornos pueden llevar a enfermedades. Pueden presentarse a cualquier edad y población, pero es más frecuente a partir de la tercera y cuarta décadas de la vida, es decir, afecta más a los adultos.
–¿Cuál es la causa de aparición de la dislipidemia?
–Existen dislipidemias primarias cuyas causas son genéticas, dislipidemias familiares que son las alteraciones que se traen desde el nacimiento, y los síntomas ya se pueden presentar desde la infancia o adolescencia. Además, están las dislipidemias secundarias, que aparecen por factores ambientales. Cuando se traen cargas familiares y a ellas se suman predisponentes ambientales, entonces se desarrollan las dislipidemias mixtas.
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–¿Hay forma de prevenirla?
–La mejor prevención es reconocer precozmente los factores predisponentes internos y externos, y actuar en consecuencia, con cambios en el estilo de vida, principalmente la dieta adecuada y la actividad física.
–¿Cómo se diagnostica?
–Con la medición de los lípidos en sangre. Se toma la muestra luego de un ayuno de 12 horas, en condiciones ideales y se cotejan si los valores son de riesgo, como un colesterol total mayor de 200 mg/dl, un LDL (colesterol malo) mayor a 130 mg/dl, un colesterol bueno HDL bajo, menor a 35 mg/dl; y triglicéridos mayor a 150 mg/dl. A medida que los valores aumentan, pasan a ser de muy alto riesgo.
–¿En qué consistirá el tratamiento?
–Lo principal como punto de partida y pilar del tratamiento es el cambio del estilo de vida, dejar de lado el sedentarismo, realizar actividad física regular y frecuente. Una dieta con reducción de los componentes grasos y evitar los excesos. Se busca no llegar a estadios de obesidad. Si la obesidad ya está presente, se recomienda descenso de peso, al menos el 10% del índice de masa corporal. Además, si coexisten diabetes mellitus e hipertensión arterial, el manejo y tratamiento estricto de estas patologías.
–¿Cuál es el pronóstico de esta patología?
–Si se trata adecuada y oportunamente, se pueden prevenir las complicaciones o retrasar su aparición. Si ocurren, tendrán menores consecuencias, pues lo más temido a largo plazo es la aterosclerosis, predisponiendo a accidentes vasculares, cardíacos o cerebrales, embolias, trombosis, infartos, pancreatitis y nefrosis que pueden evitarse.
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