Matrimonios para siempre

Con demasiada frecuencia los matrimonios no comparten ni siquiera la mesa, y con rapidez se dirigen al fracaso. ¿Cómo fortalecer una relación matrimonial?.

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El Lic. Gustavo Piñeiro, Pastor de la Iglesia Adventista del Séptimo Día y sicólogo clínico, nos da su opinión.

-¿Cuáles son los principales componentes de una buena relación de pareja?

- Comunicación: Antiguamente los matrimonios cubrían la necesidad de supervivencia. Si el hombre era un buen proveedor y trabajador bastaba. Y si la mujer cuidaba el hogar y criaba bien a sus hijos, era suficiente. Hoy en día se espera más del matrimonio, se espera una relación significativa de compañerismo, intimidad y romance; donde se satisfagan las necesidades emocionales de cada uno, y esto demanda buena comunicación. La comunicación sirve para que nuestro cónyuge llegue a sentir lo que nosotros sentimos, nuestras vivencias, nuestras emociones. Pero en el fondo de todo, lo que deseamos es recibir el apoyo y la afirmación de la persona que amamos.

Aceptación: Es una de las necesidades básicas, y en el matrimonio deseamos ser aceptados incondicionalmente, y esto hace que nos sintamos amados y animados a crecer en todo nuestro potencial. Pero la tendencia normal humana es de querer cambiar lo que nos desagrada del otro. Tenemos que tomar en cuenta que existen diferencias inevitables, como por ejemplo: las diferencias culturales, diferencias de género, de lugar de origen, de idioma, de religión, etc.

Religión: Investigaciones que contrastan a los matrimonios que practican una fe religiosa con los que no lo hacen, nos dicen que los que tienen a la fe como lazo de unión sobreviven a los problemas propios de la adaptación de los caracteres, y hacen frente a las dificultades con mayor entereza.

Tiempo juntos: Las parejas que terminan en el divorcio generalmente pasan menos tiempo juntos que aquellas que persisten en su relación. Los matrimonios felices son aquellos que están basados en una amistad profunda y sincera. Una amistad tal puede formarse únicamente cuando le dedicamos tiempo; así llegamos a conocer los intereses, hábitos, prioridades, gustos e ideales que se asemejan a los nuestros.

Apoyo mutuo: Cuando confirmamos a los demás estamos diciendo: "Eres una persona de valor y dignidad. Me intereso por ti y tus cualidades positivas". Cuando ofrecemos este tipo de apoyo, nosotros también somos confirmados, y aumenta nuestra estima propia.

Los pilares

-¿Qué conductas fortalecen la relación?

a. Planificar el tiempo juntos.

b. Cultivar el buen humor.

c. Probar el elemento sorpresa.

d. Comer juntos.

e. Viajar juntos.

f. Practicar un deporte o actividad física juntos.

g. Ir de compras.

h. Tener salidas solos sin los hijos.

i. Hacer un viaje de placer juntos.

j. Practicar una religión y servicio juntos.

k. Tiempo con Dios juntos.

-¿Qué debilita la relación?

-Investigaciones llevadas a cabo en diferentes países y también en Paraguay nos dicen que el 80% de los matrimonios que se divorcian lo hacen por causas económicas. Entonces, ¿cómo mejorará nuestra economía?:


a. Seamos socios de Dios.

b. Seamos generosos.

c. Vivamos dentro de nuestros ingresos.

Cuando pasan los años

-¿Cómo incide el transcurso del tiempo?

-El tiempo no tiene que ser necesariamente un elemento perjudicial. Muy por el contrario recordamos las palabras de aquel versículo del Génesis Bíblico que nos repitieran cuando nos casamos (si fue un casamiento cristiano) que decía: "Y serán una sola carne". El verbo de este pasaje está en futuro, con lo que quiere significar que será un proceso paulatino y que en la mayoría de los casos lleva toda la vida. Pero existen matrimonios en donde los cónyuges se dejan dominar por la rutina, el exceso de trabajo, la obstinación a no dejar sus propias "mañas" y no progresan en la amalgama necesaria para la felicidad.

Las crisis

-¿Cuáles son las situaciones de la vida matrimonial que provocan crisis?

- Fórmula 5 x 1: El bienestar de una pareja está determinado por el estilo de las interacciones emocionales positivas sobre las negativas. Es decir, cuando los buenos momentos de pasión, placer mutuo, buen humor, afecto, generosidad, bondad, etc., sobrepasan 5 veces a 1, a los malos momentos de crítica, ira, disgusto, indiferencias, frialdad, etc. Más afecta el saldo global entre las interacciones matrimoniales positivas y negativas de un matrimonio, que el hecho de pelear o no.

-¿En qué medida una relación afectiva con mucho contacto físico -incluso no sexual- favorece la armonía matrimonial?

- Si tomamos en cuenta que en la comunicación, más de la mitad del mensaje (55%) es no verbal (lenguaje corporal, mirada, postura, expresión facial, gestos); que el tono de la voz equivale al 38% y que solo el 7% corresponde con lo que decimos, nos daremos cuenta que lo importante está en nuestra actitud corporal, que si viene acompañada de palabras acordes, será de un impacto aún mayor.

Para las mujeres la comunicación llega a ser un medio para obtener compañerismo, compartir algo de sí mismas: sus sueños, aspiraciones, problemas y satisfacciones, su diario vivir. Mientras que para el hombre, la comunicación tiene propósitos más bien prácticos: resolver problemas, dar consejos o establecer planes. En general los hombres no suelen hablar de sí mismos, ni de sus sentimientos.

Por ello va un consejo para los hombres: si tenemos dos orejas que Dios nos dio y una sola boca, ¿no será mejor escuchar el doble de lo que hablamos? Una mano en el hombro sin decir nada, es mejor que mil palabras.
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