El Ing. Héctor Ramírez, egresado de la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de Asunción, inició su trayectoria en el Ministerio de Agricultura y Ganadería – Servicio Nacional de Semilla.
Posteriormente realizó su maestría y doctorado en Brasil, y trabajó en reconocidos centros de investigación como el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) en Colombia y el Instituto Rio Grandense do Arroz (IRGA) en Brasil.
Durante su experiencia en el extranjero participó en estudios científicos que actualmente son la base de muchas prácticas de manejo adoptadas por los productores.
“Hoy parecen prácticas simples, pero antes del año 2000 no se aplicaban. Trabajos como profundidad, densidad y época de siembra, inicio y lámina de riego y preparación de suelo (microrelieve), niveles de fertilización, entre otros, tuvieron un impacto enorme en la productividad. Estas nuevas prácticas de manejo permitieron elevar la productividad de arroz en el estado de Rio Grande do Sul”, recuerda el Ing. Héctor Ramírez.
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Consolidada su formación, vio en Paraguay un escenario ideal para aplicar ese conocimiento. Las técnicas y manejos que había ayudado a desarrollar se transformaron en el eje de la asesoría que brindó a los productores que acompañó en el país, guiándolos en la incorporación gradual de estas innovaciones.
El Ing. Héctor Ramírez rememora que inició su trayectoria sin recursos, pero con una fuerte vocación técnica y una convicción por el aprendizaje continuo.
“Uno no imagina el camino completo desde el inicio, pero cada experiencia fue una oportunidad que marcó la transición de una etapa a otra”, señala. Su actividad independiente comenzó en 2004.
La primera gran oportunidad llegó durante una charla técnica en Paraguay, realizada en conjunto con la Asociación de Productores de Arroz de Itapúa, en la que abordó el tema de productividad y un proyecto que buscaba elevar los rendimientos a 6.000 kilos por hectárea, es decir, incrementar la producción en un 50%.
A partir de esa presentación, comenzó a asesorar a sus primeros trece productores, que en total sumaban cerca de 2.400 hectáreas.
La mayoría de ellos contaban con aproximadamente 100 hectáreas, mientras que los más grandes alcanzaban un máximo de 500.

En esa época, cada viernes viajaba en colectivo desde Porto Alegre hasta São Borja, un trayecto de 600 kilómetros. Allí tomaba un café y luego continuaba en auto hacia los campos en Paraguay, recorriendo más de 700 kilómetros durante el fin de semana.
De lunes a jueves trabajaba en Brasil. “Mantener ese ritmo durante un año fue muy duro”, relata el Ing. Héctor Ramírez.
A pesar de las dificultades, nunca pensó en abandonar. “Nunca consideré desistir. La satisfacción por los resultados era enorme. Ver cómo crecían los campos y mejoraban los cultivos me daba claridad del avance que estábamos logrando, y eso me llenaba de entusiasmo”.
En 2010, la consultoría comenzó a consolidarse dando origen a lo que hoy conocemos como Arrozal Agronegocios.
El crecimiento fue rápido: la notable mejora en los rendimientos permitió ampliar el área asistida, que en solo ocho años alcanzó cerca de 40.000 hectáreas.
Los desafíos iniciales exigieron instaurar una disciplina agrícola rigurosa: ajustes precisos, calibraciones, controles permanentes y monitoreo continuo para enfrentar problemas como la resistencia a plagas y enfermedades.
