“Los festivales se vuelven cumbieros”

Todos los días cruza el río Paraguay, y se traslada desde Chaco'i hasta la capital, para avanzar en sus metas. Hasta ahora no le ha ido nada mal: logró editar un primer álbum (Entre polkas y romances), en el que grabó dos composiciones propias, entre clásicos de la polca, la guarania y de la música melódica internacional.

Joel Sandino Gaona Villanueva -presentado simplemente como Joel Sandino- se acercó a la música a sus 9 años, cuando su padre le enseñó a ejecutar la guitarra. No pasó mucho para inscribirse en un conservatorio y tomar cursos con profesionales como el docente Roscer Díaz.

Su primera canción (Paraíso tropical), una polca estilizada, la escribió a los 15; versos con los que empezó a despertar pasión en un nicho de amantes de la música paraguaya en países como Argentina y los Estados Unidos. "Esa canción tuvo muchísima aceptación; me abrió muchísimas puertas", comenta.

Durante ese proceso de crecimiento, siguió participando de festivales que organizaba su colegio, pero el verdadero llamado lo sintió en 2011, cuando integró el Coro de Niños del Bicentenario, a cargo de los profesores Carlos Cazal, Benito Román y José Gómez. "Con el Coro de Niños del Bicentenario aprendí mucho lo que es teoría y solfeo, cómo cantar, técnicas de vocalización y respiración", subraya.

En forma paralela, participó de festivales en colectividades paraguayas en países como Argentina, Brasil, Chile; y se coronó como ganador del Festival del Takuare'e.

Con padres abogados pero con tendencia artística -su padre hoy funge de segundo guitarrista de su banda-, su sueño de niño se fue cumpliendo, ya en plena adolescencia. "Ese sueño de niño, de dedicarme a la música y ser conocido por mi trabajo, gracias a Dios se fue dando con el paso del tiempo y con el apoyo de mi familia. Empecé a escribir canciones... mi objetivo ahora es escribir 13 canciones y hacer un disco".

-¿Cómo empezaste a construir tu carrera y armar una banda, después de la experiencia del Bicentenario?

-Comencé a tocar solo con la guitarra. Después papá se sumó, y ahora -hace cuestión de 3 meses-, tenemos un grupo casi conformado ya. Ganar el Takuare'e fue un puente enorme para mi carrera. Después del coro del Bicentenario le dije a mamá: 'Quiero ser músico, quiero dedicarme a esto, con la formación que eso requiere y quiero hacer esto'.

-¿Te dio todo su apoyo o pensó que estabas loco?

-Me dijo: 'Estás loco, pero seguí adelante' (Risas). Porque es un mundo de locos la música. Si las personas tuvieran la personalidad de los artistas, este lugar sería mejor. Eso me gustó mucho. Me impulsó, y después de eso decidí entrar al Instituto Municipal de Arte (IMA), para una formación de músico. Este año me recibo de profesor superior de guitarra, y el año que viene de profesor superior de música. Prácticamente aproveché mi adolescencia para la formación. ¡Y este año me recibo de profesor de inglés en el CCPA!.

Como el mexicano Alejandro Fernández lograba hace años ampliar su carrera internacional de la ranchera hacia la balada pop, Joel sueña con un despegue musical que pudiera fusionar el folclore paraguayo con el pop. En Entre polkas y romances, el cantante incluye temas como la polca Che la reina, de Emiliano R. Fernández y Félix Pérez Cardozo; pero también obras como O Sole Mío, de Giovanni Capurro y Eduardo Di Capua; y A mi manera, de Paul Anka y Jacques Revaux, ambos en  las versiones adaptadas por el tenor italiano Andrea Bocelli.

-¿Cuál es la propuesta en tu primer disco?

-Todos tenemos un lado sentimental, pero como el músico tiene una sensibilidad extrema, busca su lado romántico. Como soy folclorista y amo la cultura del Paraguay, quise en un disco plasmar las mejores polcas del repertorio paraguayo, así como las mejores canciones conocidas mundialmente. Por ejemplo, poner Paraíso tropical, una polca canción, y también Si supieras, que es una balada. Hacer una dualidad entre lo folclórico y lo romántico.

-Fue lo que logró Alejandro Fernández, con la ranchera...

-Sí. Mi idea es hacer esa fusión: hacer folclore pop, una fusión de lo folclórico con el estilo moderno.

-Tus canciones reflejan un lado más sensible. ¿Te inspiraste en hechos reales?

-Sí. Paraíso tropical me inspiré en que vivo en Chaco'i, y todos los días tengo que cruzar el río en lancha... veo el amanecer, como dice la letra. Quise plasmar en esa canción lo que veo diariamente. Y Si supieras nació de un hecho romántico... de enamoramiento.

Joel reconoce que en el "mercado" local de la música no encuentra una apertura masiva hacia el folclore. Sin embargo, no deja de soñar con acercar a los más jóvenes a su apasionante universo de polcas, guaranias y baladas. "Lastimosamente, para los jóvenes no hay mucho apoyo en los festivales grandes, siento esa falta", señala. "No tienen mucho en cuenta a los jóvenes, sino más bien a los grupos ya reconocidos. No dan un espacio para ser conocido el trabajo, por eso la música paraguaya se va olvidando por los jóvenes, porque no ven una imagen joven que les pueda proyectar a lo que es la música paraguaya".

El cantante no duda en afirmar que "últimamente la cachaca y la cumbia son los géneros que más están en los medios, porque hay mucho apoyo. Los festivales folclóricos se están volviendo cumbieros, porque se dan cuenta de que la música está perdiendo fuerza", reclama.

Proyectando una carrera internacional, el mayor sueño de Joel, hoy, es recorrer el mundo con su sello guaraní. "Ganar un Grammy con la música paraguaya, haciendo una innovación tremenda para llegar a los jóvenes, no solamente aquí, sino el exterior. Poco a poco vamos logrando ese objetivo".

Conocé más de la música de Joel Sandino en sus redes sociales de Facebook, Twitter, Instagram, y Soundcloud.