Romper el molde desde abajo

Desde hace unos meses se puso en marcha un ambicioso plan que desafía al sistema convencional de educación, que se abre paso en medio de los niños excluidos. El deporte como gancho, alimentación más nutritiva, y educación trilingüe son parte de sus ejes.

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Aulas cerradas, enseñanza lineal, educación física paupérrima, leche y pan como desayuno o merienda, escasa motivación. Sí, este es - a grandes rasgos - el esquema educativo que el Gobierno paraguayo impulsa y que desde hace unos años es objeto de crítica por parte de los propios estudiantes.

“Nos encontramos ante un sistema perimido y obsoleto que no responde a las necesidades siglo XXI ni ofrece herramientas alternativas creativas e innovadora”, advierte Sebastian Da Ponte, uno de los principales propulsores del Club Escuela Solidaria (CES).

El modelo abierto impulsado por la organización sin fines de lucro cierra en estas semanas sus actividades académicas, tras sus primeros siete meses. Funciona en el Bañado Sur, Bañado Norte, en las villas aledañas al vertedero de Encarnación y del vertedero de Ciudad del Este, y en 2018 tienen previsto extenderse a Luque y a la Chacarita.

Pero, ¿qué proponen? Replantear el sistema educativo, la malla curricular. Insertar ciencias transversales y horizontales a la metodología de enseñanza, apostar por la inteligencia emocional y dar especial énfasis en los talleres multidisciplinarios. Una enseñanza pública que además del castellano y el guaraní, incluya el inglés.

Los deportes, como el rubgy, atletismo, ajedrez, el fútbol, son usados como ganchos o umbrales. “Por ejemplo Kevin es uno de nuestros niños que aprendió a escribir para ser jugador de rugby profesional. Él está afuera del sistema educativo como alrededor de cien mil niños. ¿Cómo no se enseña fútbol en un país tan futbolero?”

Sobre el énfasis deportivo, expuso que se busca demostrar que a través de este enfoque, los niños pueden explorar otras opciones en el futuro y apostar por profesiones y tecnicaturas a la hora de especializarse, lejos de las apuestas tradicionales que abarrotan el mercado actual.

El planteamiento de escuela abierta apunta a acabar con la educación tradicional desfasada, sobre todo por la participación de profesionales de distintas áreas, no solamente en lo pedagógico, también se pone la mira en desarrollar sus capacidades artísticas. “No existe el pupitre, no hay pizarra verde. Es una cancha o es un taller donde damos las clases, es una forma transversal”.

Y no solo la metodología de la enseñanza está en tela de discusión, también el régimen de merienda escolar. “También estamos replanteando la merienda escolar, dejar la leche y el pan por un frutas, yogures, cereales y jugos. Nosotros creemos que el taller nutricional lo que hace es fomentar y estimula la capacidad y autonomía de los niños, que sepan qué le gusta, que elijan qué quieren consumir. Así desarrollan su capacidad de discernimiento”.

En estos siete meses de funcionamiento, llegaron a mil niños que están excluidos de las escuelas y lograron hacer que se interesen por la educación, con un método outsider. “Nosotros estamos desafiando a cualquier otro sistema preexistente. Un niño del CES tiene mayor aprendizaje y más desarrollo psicomotriz que cualquier niño de otra escuela”, resalta.

El CES está compuesto por alrededor de 3.000 voluntarios y unos 150 son fijos del staff, profesionales encargados de las cátedras, entre ellos artistas, deportistas olímpicos, actores de teatro, músicos, profesionales en danza, entre otros.

Esta iniciativa nació - cuenta Da Ponte- en parte por su insatisfacción desde la escuela y de su experiencia durante un viaje a Finlandia, uno de los países que más apuesta por la educación no convencional. Partiendo de esto y con la puesta en marcha del Club Escuela Solidaria, se encuentran creando un nuevo y revolucionario sistema educativo denominado “Ñanduti” que sienta sus bases en la pedagogía, idiosincrasia e identidad paraguaya.

El CES funciona gracias a una red de importantes colaboradores entre los que están shoppings, grandes importadores, librerías y otras, que permiten la financiación y la logística.

El modelo que proponen, no pretende - por el momento - reemplazar al sistema actual, pero sí esperan que en 2018 pueda ser reconocido como una extensión educativa, ya que considera que los planes que tiene el MEC son del siglo pasado. 

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