Desde 1900, año en que por primera vez se permitió la participación femenina en los JJ. OO., cada vez más mujeres se suman al desafío de representar a su país a nivel deportivo; por lo que la lista de competidoras en las más de 40 disciplinas disputadas es extensa y sigue sumando. No obstante, y a pesar que todas son destacadas atletas, pocas sobresalen por su historia.
Es el caso de la tiradora de esgrima Ibtihaj Muhammad, que además de ser la primera mujer norteamericana en los JJ.OO. que llevó el velo musulmán, es una reconocida empresaria de la moda y una de las 100 personas más influyentes del mundo, según la revista Time. A sus 30 años, con sable y hiyab, Muhammad busca hacer historia, no solo a nivel deportivo, sino también pretende ser el reflejo de las minorías afroamericanas y musulmanas, así como inspiración para miles de mujeres a nivel mundial.
Con el firme propósito de adaptar la imagen femenina musulmana a la actualidad, sin faltar el respeto a sus creencias religiosas, la esgrimista olímpica fundó y es la diseñadora de Louella, una emergente compañía de moda cuyos productos son comercializados de manera online.
Hija de una profesora y un policía, Muhammad siempre se destacó en el ámbito académico, y actualmente posee una doble titulación en Relaciones Internacionales y Estudios Africanos por la prestigiosa Universidad de Duke. El deporte formó parte de su vida desde niña, época durante la cual practicó atletismo, vóleibol y tenis. Sin embargo, los dogmas religiosos y tener que vestir un atuendo diferente, la hacían el blanco de las burlas de sus compañeros, por lo que a los 13 años se unió a un equipo de esgrima; deporte que debía practicar totalmente cubierta. En esta disciplina –históricamente reservada para hombres blancos- también se vio obligada a afrontar el rechazo por su color de piel.
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Su tenacidad con este deporte la llevó no obstante a no dejarse intimidad, y la impulsó a buscar una manera en que las mujeres afroamericanas y musulmanas no afronten el rechazo. En el 2012, Muhammad clasificó para los JJ. OO. en Londres, pero una inoportuna lesión la dejó fuera del equipo norteamericano.
Actualmente, en el puesto 10 en el ranking de las mejores esgrimistas del mundo, su revancha llega con Río 2016.