“Es como una exteriorización de varios sentimientos que se fueron gestando de acuerdo a la vivencia que estaba tomando parte mi vida en el momento”, expresó Miguel Ángel Martínez Bado, quien firma su primer poemario bajo el seudónimo Mito Bado. Tiene 30 años y nació en Ciudad del Este. Tras un par de años en Asunción, vivió en Buenos Aires, Argentina; y luego regresó a nuestro país para establecerse en Carbon Cue, una compañía ubicada a 30 kilómetros de la ciudad de Ybycuí.
“No puedo evitar escribir, es algo que hago todo el tiempo, tengo muchísimos escritos, muchísimos poemas”, comentó. Añadió que justamente buscando una corrección a sus textos mandó un par de sus poemas a la editorial El Lector. Sin embargo, el interés de la editorial lo llevó a sortear la inseguridad que tenía en torno a la publicación de sus escritos. “Eso hizo el click para que me anime a lanzar. Ahí empezó todo”, detalló.
En el proceso para la publicación, contactó con ocho ilustradores para que desarrollen su arte en torno a los poemas y frases del libro. Bajo la dirección artística del fotógrafo Giorgio Bardella, Let Alvarenga, Ale Os, Rosario Calabró, Robert Báez, Marcelo Cardozo y Diego Torres aportaron sus ilustraciones a las páginas del libro. La ilustración de la portada fue realizada por Edu Vago.
“Leyeron mis poemas y mis escritos, eligieron ellos mismos cuáles querían ilustrar, dentro de lo que era su propio arte”, comentó Mito.
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En cuanto a la temática de los poemas, sostuvo que es bastante variada. “De repente hay escritos de amor, hay también un par de escritos de desamor. Hay escritos que son mucho de conexión a la tierra, de conexión humana, y hay escritos que son como una introspección de bar. Es bien diverso”, mencionó.
Distintos escenarios
También comentó cómo los cambios de escenario, a lo largo de su vida, fueron representando diferentes etapas. “Viví en Asunción, a los 23, en una etapa muy distinta en la que a los 25 me fui a Buenos Aires. Vuelvo a Asunción, luego ya compro el campo y me mudo con una perspectiva totalmente diferente, con una visión diferente y más formada de lo que realmente quiero hacer para el resto de la vida”, subrayó.
Desde hace casi cuatro años, Mito encontró en la agricultura otra gran pasión como lo es la escritura, dedicándose a cultivar tomates y locotes en grandes cantidades.
“El primer año y medio que estuve en el campo corté toda conexión con el mundo exterior. No tenía teléfono, no tenía nada. Era el campo y yo. Es un lugar maravilloso, porque tiene un pedazo de la cordillera adentro del campo, hay mucha conexión con la naturaleza, hay muchos animales exóticos. Te despertás y, por ejemplo, hay un tucán comiendo mandarinas”, comentó.
A este periodo lo denomina como un “exilio de introspección”.
En cuanto al título del poemario, Mito sostuvo que nace de un cruce de palabras de uno de los textos, que habla de una persona en un bar que estaba reflexionando sobre el momento en el que estaba viviendo. “Al final el poema dice ‘a veces simplemente, duermo y me dejo llevar en los sueños perdidos de algún desertor’”, detalló.
A su criterio, Mito se refiere al desertor con un carácter de desapego, y de cómo fue cambiando su personalidad a través de las distintas experiencias. “Son parte de mí, pero también parte del pasado. Voy aprendiendo, cambiando, pero voy desertando esa personalidad. O desertando esa forma de vida, desertando ese momento, no apegándome a ello”, refirió.
El libro ya está disponible en los locales de la librería El Lector.