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Con su “Arpa jeroky”, un número que realizaba al compás de la polca “3 de Mayo”, de Julián Alarcón, Tito Acuña era el encargado de cerrar cada edición del Festival Mundial del Arpa. El año pasado, en su formato virtual, el evento volvió a tenerlo como el acto final de su última noche.
“Fuiste el sello de oro del Festival Mundial del Arpa en el Paraguay, que durante una década lo cerraste en forma vibrante y única como solo vos podías hacerlo. Nos queda la gratitud hacia vos como artista y como persona única e irrepetible”, expresó en Facebook la directora del festival, Ana María Scappini, poco después de conocerse la noticia de su fallecimiento.
Justo “Tito” Acuña nació en General Bernardino Caballero, departamento de Paraguarí, el 6 de agosto de 1952. Comenzó a tocar el arpa a los siete años y ya en 1964 formó su primera agrupación, Los Canarios, junto a los primos Medina: Luchi y Donato, con quienes comenzó a animar los bailes de la zona.
En 1966 llegó a Asunción para integrarse al conjunto de Vicente Santacruz, con el que hizo su debut en Radio Nacional. Posteriormente se integró al grupo Los Zorzales Guaraníes, dirigido por Ireneo Ojeda, del que también formó parte su hermano, el cantante y guitarrista Digno Acuña.
En 1984, los Hermanos Acuña se unieron al recordado cantante Juan Carlos Oviedo formando uno de los tríos más emblemáticos de la música paraguaya, interpretando principalmente obras de Emiliano R. Fernández. Durante tres décadas recorrieron escenarios de distintos festivales, tanto en nuestro país como en el exterior. En los últimos años, la dupla de hermanos se unió al cantante Rolando Ojeda, junto a quien editaron el álbum “Los Hermanos Acuña y Rolando Ojeda cantan al Paraguay”.
Justamente una de sus últimas presentaciones en vivo, antes del inicio de la pandemia, fue en el Festival del Guavira Poty de su ciudad natal, que se celebró el 29 de febrero del año pasado.
La Entidad de Artistas, Intérpretes y Ejecutantes (AIE) lo recordó como “un músico y persona excepcional”, que con su hermano llevó la música paraguaya a distintos escenarios de nuestro país y el mundo.
“Un amigo que emprende vuelo, y un país que pierde a una de sus más grandes joyas”, expresó la guitarrista Berta Rojas, quien lo recordó como un artista “enorme, único e irrepetible”.
El arpista Ismael Ledesma lo describió como “el auténtico guardián del folclore y del toque original del arpa paraguaya”. “Con él se va el encanto de la paraguayidad folclórica del arpa paraguaya”, acotó el músico en Facebook.
En tanto, Arpistas Paraguayos Asociados (ARPA) pidió “que suenen las arpas en su honor”, al compartir la noticia de su fallecimiento.
Cumpliendo con su deseo de descansar en su ciudad natal, el artista recibirá hoy el último adiós en Caballero. Según comentó a ABC la productora y gestora cultural, Marlene Sosa Lugo, el municipio y los responsables del Festival del Guavira Poty están organizándose para acompañarlo hasta el cementerio, dependiendo del protocolo sanitario.