Desde su triunfal surgimiento en 2009, la saga “Actividad Paranormal” se ha convertido en una de las franquicias más económicamente exitosas de la industria del cine; se trata de filmes con presupuestos mínimos gracias a su premisa de “hechos reales” filmados por los propios protagonistas, que sin embargo logran astronómicas sumas en todo el mundo.
Lo que comenzó como una modesta película filmada con nada más que 15.000 dólares -un presupuesto minúsculo para los estándares norteamericanos- sobre una pareja acechada por un misterioso ente espiritual, se ha convertido en una saga multimillonaria que con cada nueva entrega llena salas.
Los primeros dos filmes, que transcurren de manera paralela en 2006, cuentan la historia de las hermanas Katie, protagonista de la primera película con su pareja, y Kristi, quien junto a su familia -incluyendo a un bebé- debe lidiar con el acecho de un peligroso espíritu.
Luego de que la tercera película regresara en el tiempo a los años '80 para relatar la infancia de las hermanas, esta cuarta entrega salta a la actualidad, y tiene por protagonista a la adolescente Alice (la actriz Kathryn Newton, de “Malas Enseñanzas”), cuya familia comienza a experimentar extraños acontecimientos con la mudanza a la casa de al lado de una misteriosa mujer y un niño pequeño.
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Como es característico de “Actividad Paranormal”, la historia es relatada a través de cámaras de seguridad o filmada por los propios protagonistas con filmadoras o -en este caso- webcams y teléfonos celulares.
El filme es dirigido por Henry Joost y Ariel Schulman, realizadores detrás de la tercera entrega de la saga, estrenada en 2011.
En total, las tres películas de “Actividad Paranormal” han recaudado en taquilla más de 575 millones de dólares; en contraste, el costo de producción estimado de las tres películas combinadas apenas superaría los ocho millones.