Paula Hernández festeja con "Las siamesas" el Día de Argentina en la Seminci

Álvaro GómezValladolid (España), 28 oct (EFE).- El cine de Argentina y de Costa Rica ha puesto este jueves el acento iberoamericano en una nueva jornada de la 66ª Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci), que celebra el Día de Argentina y en la que también ha concursado la película ganadora del pasado festival de Venecia.

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Paula Hernández, cargada con nueve premios de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de la Argentina, ha presentado en España "Las siamesas", su tercer largometraje de ficción.

Basada en el cuento homónimo del escritor argentino Guillermo Saccomano, profundiza en el vínculo existente entre una madre, interpretada por Rita Cortese, y su hija, encarnada por Valeria Lois, de vidas paralelas pero caminos convergentes en la común soledad que las atenaza y que no resuelven estando juntas.

Es la cuarta película de Hernández después de "Herencia" (2001), "Lluvia" (2008) y "Los sonámbulos" (2019), concebida como un ensayo teatral con un reducido elenco y escenarios, rodada en apenas quince días y que "reflexiona sobre cuestiones que tenían que ver con la maternidad como en mi película anterior", ha explicado la directora.

Las dos protagonistas se embarcan en un viaje de autobús hacia la costa para tomar posesión de dos apartamentos que la hija recibió en herencia de su padre, figura ausente pero omnipresente, objeto de la discordia entre las dos protagonistas y detonante de la reflexión de Paula Hernández, quien ha reunido en una misma cinta a dos actrices que con anterioridad ya había dirigido por separado.

Por primera vez en los sesenta y seis años del festival de cine de Valladolid (noroeste de España) una película de Costa Rica ha competido en su sección oficial gracias a la directora Nathalie Álvarez Mesén, que ha presentado "Clara sola", su primer largometraje de ficción, una reflexión sobre el origen religioso de la sociedad patriarcal.

Nacida en Suecia, pero con raíces familiares en Costa Rica y Uruguay, Nathalie Álvarez dibuja en "Clara sola", con la ayuda de la actriz y bailarina Wendy Chinchilla, el recorrido que sigue una mujer curandera desde su reducido rol social hasta su despertar hacia otras realidades, principalmente a través del sexo, que la directora insinúa como metáfora de la liberación de la mujer.

"Clara sola" es el primer largometraje de ficción de Nathalie Álvarez, presentado el pasado julio en la Quincena de Realizadores, una sección paralela del festival de Cannes, y en la actualidad trabaja ya en su nuevo proyecto, "The wolf will tear your inmaculate hands", un drama ambientado en la América colonial.

En la recta final del festival, el cine iberoamericano ha competido con dos producciones europeas de peso, entre ellas el último León de Oro del festival de Venecia, "L'Evénément", firme candidato al palmarés de la Seminci con esta película, el segundo largometraje de la directora francesa Audrey Diwan, de origen libanés.

Bien entrado el siglo XXI, Diwan refresca y actualiza el debate social del aborto desde la perspectiva de hace casi setenta años, la época en que ha ambientado este relato que vuelve a reflejar el conflicto entre el cuerpo y la mente, la tensión entre el deseo y la realidad de un tiempo en que la interrupción deliberada del embarazo era un delito perseguido férreamente por la ley.

Su proyección en Valladolid, este jueves, ha sido el estreno en España de un filme que, en cierto modo, evoca el origen, la raíz de la lucha en favor de la interrupción del embarazo sin conculcar la ley y con todas las garantías para la salud y el bienestar de las mujeres.

Ha concursado también "La fam", del suizo Fred Baillif, una película que ha planteado sobre su condición de educador y trabajador social en centros de acogida para menores víctimas de abusos sexuales, como el que reproduce en su largometraje con actores no profesionales, entre ellos adolescentes vejadas de esa forma.

Cámara en mano, en ambientes muy cerrados, la veracidad transmitida remite al género documental, a lo que también contribuye la técnica del guión abierto, trazado desde el trabajo realizado previamente con las adolescentes protagonistas de la cinta, según ha explicado Baillif durante una rueda de prensa.

"Vengo del mundo del documental y me apetecía contar cosas reales, de una manera abierta, sin marcar líneas", ha recalcado antes de expresar su deliberado deseo de abordar el asunto de los abusos sexuales en los centros de acogida para exponer una crítica al tiempo que una propuesta.

El director suizo, desde su experiencia como educador social, ha reprochado el interés prioritario de este tipo de centros en preservar su reputación con medidas muy proteccionistas, por encima de la dedicación que en su opinión deben recibir los afectados.

"Es un fallo del sistema concentrarse en la protección y dejar más de lado otros aspectos como la emoción y los afectos", ha afirmado.

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