La película se estrenó esta semana en la Quincena de Realizadores, sección paralela del Festival de Cannes, y es la historia de la emancipación de una niña, hija de un veterano de la I Guerra Mundial y huérfana de madre, a lo largo de 20 años, de 1919 a 1939.
Juliette Jouan encarna a la protagonista, Juliette, y Louis Garrel al príncipe del cuento, transformado en un "perdedor", según indicó este jueves el director, porque actualmente "una chica no necesita que un hombre aparezca y ocupe el lugar de su padre".
La niña, que se evade de la realidad con la música, crece en una granja en una familia recompuesta y por ello moderna, y el amor de su padre y de la mujer que la cuida suple el rechazo que todos ellos sufren en el pueblo.
A Marcello le llegó esa novela por casualidad. "Me propusieron que la leyera. A mí me gusta mucho la literatura rusa y el cine soviético. Me gustó esa historia y me dije que quería adaptarla. Alexander era un pacifista que tuvo muchos problemas con el stalinismo", dijo este jueves en un encuentro reducido con medios internacionales, incluido EFE.
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El cineasta, de 45 años, volvió a Cannes después de haber presentado en la pasada edición, también en la Quincena de Realizadores, "Futura", un documental sobre la juventud italiana dirigido junto a Alice Rohrwacher y Francesco Munzi.
Tanto en los proyectos documentales como en la ficción, señaló, su enfoque es el mismo: "Estoy acostumbrado a trabajar con lo imprevisto y necesito una relación humana y horizontal con los actores. No me gusta el corporativismo del cine".
En ambos coincide también en su apuesta por las imágenes de archivo, tanto por la potencia y la energía que ofrecen esas instantáneas reales como por principios, porque dice ser contrario a los grandes presupuestos.
Marcello es igualmente autor de "Martin Eden" (2019), una adaptación de la novela más autobiógrafica Jack London, del documental "La bocca del lupo" (2009) o del largometraje "Bella e perduta", que integran una trayectoria en la que oscila de lo real a la ficción según la necesidad que sienta de contar una u hora historia.
Garrel, conocido por cintas como "Los soñadores", de Bernardo Bertolucci, da visibilidad internacional a un proyecto integrado entre otros por el también francés Raphaël Thiéry, que da vida al padre.
"Raphaël es un hombre rural y Louis un tipo que viene de Saint-Germain des Près", señala el cineasta italiano sobre ese exclusivo barrio de París. "En la película funciona muy bien y lo aproveché".
Marcello reconoció también este jueves que su sueño de pequeño era ser pintor y que su falta de cualidades le condujo a la dirección, y aunque se definió como "libertario", hizo un alegato en favor de la utopía y de la esperanza: "Sin esperanza la vida no es nada", concluyó.