Aniversario del Mariscal López

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Retrato original del Mariscal Francisco Solano López. Casa fotográfica Carlos Descalzo e Hijos, Buenos Aires. Colección Javier Yubi.
Retrato original del Mariscal Francisco Solano López. Casa fotográfica Carlos Descalzo e Hijos, Buenos Aires. Colección Javier Yubi.

Tras su muerte, el 1 de marzo de 1870, fue proscrito. En las primeras décadas del siglo XX su nombre adquirió connotaciones heroícas. Hoy, en el día de su natalicio, el Mariscal Francisco Solano López es reconocido como la figura histórica más popular del Paraguay.

“El año 1926 marcó la reivindicación de Francisco Solano López, por lo menos desde la memoria colectiva. El 24 de julio de ese año, desde el periódico ‘El Diario’ se organizó una serie de actos para festejar el centenario del nacimiento del Mariscal”, comenta el historiador Fabián Chamorro, miembro correspondiente de la Academia Paraguaya de la Historia.

Recorte de "El Diario" de Asunción, edición del 17 de julio de 1926.
Recorte de "El Diario" de Asunción, edición del 17 de julio de 1926.

El promotor cultural, autor de libros, detalla en sus redes sociales que “el 16 de julio de 1926, en medio de la efervescencia por el centenario del Mariscal, los diputados Pablo M. Ynsfrán, Miguel Duarte y Eusebio Lugo presentaron un proyecto de ley por el cual se derogaría el decreto sancionado, el 17 de agosto de 1869, por el Gobierno Provisorio. Este decreto declaraba que ‘el desnaturalizado paraguayo Francisco Solano López, queda fuera de la ley y para siempre arrojado del suelo paraguayo como asesino de su patria y enemigo del género humano’”.

Parte de la Comisión formada en Concepción. Aparecen, sentado con sotana Ernesto Pérez Acosta, el famoso Pa’i Pérez, y a su izquierda, el principal promotor del grupo, don Romualdo Irigoyen. No solo había paraguayos, también fue entusiasta un uruguayo de apellido Balparda, quien incluso fue voluntario y peleó la Guerra del Chaco a favor del Paraguay. Foto que se guarda en el Museo Municipal del Cuartel de la Villa Real.
Parte de la Comisión formada en Concepción. Aparecen, sentado con sotana Ernesto Pérez Acosta, el famoso Pa’i Pérez, y a su izquierda, el principal promotor del grupo, don Romualdo Irigoyen. No solo había paraguayos, también fue entusiasta un uruguayo de apellido Balparda, quien incluso fue voluntario y peleó la Guerra del Chaco a favor del Paraguay. Foto que se guarda en el Museo Municipal del Cuartel de la Villa Real.

El día de la presentación del proyecto se realizó una congregación popular frente al Congreso Nacional, en la que miles de personas vivaron al Mariscal y a los veteranos de la guerra. “La Cámara de Diputados, constituida en su totalidad por liberales, debatió finalmente el 31 de agosto, último día del periodo ordinario de sesiones de 1926. En votación nominal y por amplio margen fue aprobado el siguiente proyecto: ‘se declaraba inexistente el calificativo de traidor con que los gobiernos de postguerra connotaron al Mariscal López, así como el mismo calificativo dirigido en documentos del gobierno del Mariscal López contra civiles y militares, en virtud de sumarios calificados más tarde como adoleciendo de nulidad absoluta’”. Dado que el proyecto no fue tratado en la Cámara de Senadores, el decreto del 17 de agosto de 1869 continuó en vigencia por una década más.

Recorte de una noticia que llegaba desde Villarrica, donde desde el 21 de julio de 1926 una calle llevó el nombre del Mariscal.
Recorte de una noticia que llegaba desde Villarrica, donde desde el 21 de julio de 1926 una calle llevó el nombre del Mariscal.

Chamorro, nacido en Asunción, el 26 de marzo de 1978, resalta que el reconocimiento oficial al héroe se dio con calles, clubes, plazas y grupos que adoptaban su nombre. “La adhesión fue casi total. Dos matutinos más se sumaron y la celebración se volvió nacional. Desde enero de 1926, en las páginas de los periódicos se podían leer la adhesión de familias, pueblos, clubes, políticos y otros sectores de la sociedad. Una noticia que llegaba desde Villarrica advertía que desde el 21 de julio una calle lleva el nombre del Mariscal. La capital guaireña además acercó un álbum con cientos de firmas y una contribución en efectivo para los veteranos que seguían vivos”, detalla.

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Fabián Alberto Chamorro Torres: promotor cultural, docente universitario, escritor, con publicaciones sobre aspectos generales de la historia del Paraguay.
Fabián Alberto Chamorro Torres: promotor cultural, docente universitario, escritor, con publicaciones sobre aspectos generales de la historia del Paraguay.

Fabián Chamorro, reconocido por el Ministerio de Defensa por su aporte a la historia militar del Paraguay, asegura que otras ciudades como Concepción también tuvieron calles con ese nombre antes que Asunción.La elegante avenida asuncena que por Decreto Municipal del 5 de abril de 1941 se denomina Mariscal López, era conocida desde 1915 como avenida Colombia. El rescate de sus restos se hizo en los años 30. “En Concepción fundaron una asociación que promovió marchas y eventos en Cerro Corá, lugar donde cayó el Mariscal. La misma funcionó entre los años 1931 y 1936, año en que se exhumaron sus restos para llevarlos al Panteón de los Héroes”, explica el historiador.

Fabián Chamorro entiende que “López sigue siendo un símbolo para el Paraguay”. “Muchos intentan explicar el fenómeno desde el nacionalismo impregnado por la dictadura de Stroessner. Sin embargo, la mayoría de los sectores de izquierda adhieren al lopismo. En su contexto, la revalorización del Mariscal fue necesaria, teniendo en cuenta la inminencia de la Guerra del Chaco. Hoy el lopismo deberíamos entenderlo desde ese lugar, el que le cupo en momentos trascendentales, con la apertura suficiente para escribir nuestra historia sin temor a tratar la figura del Mariscal”.

La Guerra de la Triple Alianza

Francisco Solano López Carrilo había nacido en el barrio Manorá de Asunción, un 24 de julio de 1826, según el escritor Carlos Zubizarreta. Existen otros datos que ubican su nacimiento un año más tarde. Fue el primero de los cinco hijos legítimos de Don Carlos Antonio López y doña Juana Pabla Carrillo.Tuvo como padrino de bautismo a don Lázaro Rojas Aranda, quien le obsequió el terreno donde se asienta el Palacio de López. Leía mucho, aprendió a hablar correctamente el francés y algo de inglés aun antes de su viaje a Europa. Ingresó muy joven al ejército, que en la época era precario, siendo precisamente obra suya la optimización y profesionalización del mismo.En 1853, siendo brigadier general, partió en misión especial a Europa.

Su objetivo era establecer relaciones diplomáticas con Gran Bretaña, Francia, Prusia y Cerdeña, pero también llevó la misión de adquirir barcos y armamentos. En París, conoció a la irlandesa Elisa Alicia Lynch, quien sería su compañera de vida y la madre de sus hijos. Regresó a fines de 1854.

El 10 de setiembre de 1862, tras la muerte de Don Carlos Antonio López, fue designado sucesor provisional de su padre en el gobierno. El 16 de octubre de 1862, el Congreso lo eligió presidente de la República por un periodo de diez años. Durante los primeros tres años su gobierno prolongó el ferrocarril hasta Pirayú, inició la construcción del Palacio de Gobierno, del Oratorio de la Virgen de Asunción y del Teatro Nacional. Se fundaron nuevas escuelas y se otorgaron becas a jóvenes estudiantes para Europa.

Creó un nuevo campamento en Cerro León, en el que reunió a cinco mil soldados. Al niciar el Brasil, en 1864, los actos de agresión contra el Uruguay, López confirmó su temor de que extendiera su imperio, primero en Uruguay y luego en Paraguay. En una nota dirigida a su par brasileño, el canciller José Berges señalaba que el gobierno de la República del Paraguay consideraba cualquier ocupación del territorio Oriental por fuerzas imperiales como atentatorio al equilibrio de los Estados del Río de la Plata y que esta situación interesaba al Paraguay como garantía de su seguridad, paz y prosperidad. Brasil invadió a Uruguay. En represalia se ordenó la detención del buque “Marqués de Olinda”, que el 10 de noviembre de 1864 entraba a la rada de Asunción.

El día 12, Berges comunicó al representante brasileño que quedaban rotas las relaciones diplomáticas y prohibida la navegación de los ríos nacionales a los brasileños. El 24 de diciembre de 1864 se dio inicio a la campaña de Mato Grosso, comandada por el general Vicente Barrios, al frente de 3.200 hombres, embarcados en cinco vapores y tres goletas. El objetivo se cumplió con éxito. Para llegar al estado brasileño de Río Grande do Sul, las tropas paraguayas necesariamente debían cruzar por territorio argentino.

El 14 de enero de 1865, Berges solicitó al canciller argentino Rufino de Elizalde que “los ejércitos de la República del Paraguay puedan transitar el territorio argentino de la provincia de Corrientes en el caso de que a ello fuesen obligados por las operaciones de la guerra...”. El paso fue negado por los argentinos. El Congreso extraordinario del 5 de marzo nombró a Francisco Solano López, Mariscal de los Ejércitos de la República del Paraguay, autorizó la contratación de un préstamo y, el 17 de ese mes, ante la noticia de que la Argentina había permitido la subida del río Paraná a la escuadra brasileña del almirante Tamandaré, que venía a bloquear Tres Bocas, autorizó la declaración de guerra a la Argentina.El 1.° de mayo de 1865 el canciller argentino Elizalde, el representante brasileño Octaviano y el uruguayo Carlos de Castro firmaron el tratado secreto de la Triple Alianza.

El Mariscal López trasladó su Cuartel General a Humaitá. Tras los fracasos en Uruguayana, Paso de los Libres y Yatay, el Ejército paraguayo se estableció en Paso de Patria. La victoria de Curupayty, el 22 de setiembre de 1866, frenó la ofensiva aliada.El Ejército paraguayo peleó en Estero Bellaco, Tuyutí, Yatayty-Corá, Boquerón y Sauce. Cayó Humaitá y López trasladó su Cuartel General a San Fernando al norte del río Tebicuary. Tras los combates de Itá Ybaté, Lomas Valentinas, Acosta Ñú y Piribebuy, el 14 de febrero de 1870, el Ejército se retiró hasta Cerro Corá. Una columna brasileña despachada desde Concepción al mando del general Correa da Cámara se enfrentó el 1.º de marzo con el Ejército paraguayo, de 200 hombres.

El Mariscal Francisco Solano López resultó herido de un lanzazo en el bajo vientre y de un sablazo en la frente. Auxiliado llegó a orillas del arroyo Aquidabán Nigui, donde fue alcanzado por el general Correa da Cámara, quien le intimó rendición. El Mariscal López se batió sable en mano hasta el final. Su última frase sigue siendo discutida. Algunos historiadores señalan que dijo: “¡Muero por la patria!” y otros: “¡Muero con la patria!”. Negándose a entregar su espada, fue herido por otro soldado que lo ultimó de un tiro al corazón.