No se puede hablar de Las Pelotas sin hablar de Sumo, al ser el antecedente principal. Germán Daffunchio junto a Alejandro Sokol y Luca Prodan formaron la banda Sumo a inicios de la década del 80. Este grupo se convertiría en una de las grandes influencias para el rock latinoamericano. Pero al disolverse la banda tras el fallecimiento de Prodan, el grupo se sumió en la reflexión.
De este quiebre en que cada uno tomó su camino se forma Las Pelotas con Alberto Troglio y Alejandro Sokol, sumando a Willy Robles. La banda actúa por primera vez en 1988. De aquel tiempo a hoy ha pasado toda una vida. La conformación actual tiene a Daffunchio junto a Tomás Sussmann (guitarra), Gustavo Jove (batería), Gabriela Martínez (bajo), Sebastián Schachtel (teclados) y Alejandro Gómez Ferrero (vientos y percusión).
Antes de que la pandemia azote al mundo, Las Pelotas había lanzado el disco “Es así” y estaban listos para salir a defender los temas en vivo y con toda la potencia del rock. Pero los tiempos dictaron otra cosa, llegó el encierro y con ello el planteamiento de qué hacer. Como muchos artistas, los integrantes de Las Pelotas empezaron a mandarse ideas musicales, hasta que casi sin querer salieron nuevas versiones en formato acústico.
“La música para mí ha sido una terapia toda mi vida para poder decir las cosas”, es lo que expresó Germán en una conversación por Zoom con ABC Color, para hablar sobre el nuevo trabajo. “Nos pareció interesante el desafío de reversionar temas nuestros en las condiciones que cada uno tenía en su casa. El trabajo fue intenso y complejo”, refirió sobre el ida y vuelta de grabaciones vía WhatsApp o mail. “El resultante final es un disco hogareño, que de alguna manera fue como una terapia para nosotros, y lo compartimos con la gente con ese convencimiento, pues no tiene otra intención más que eso”, indicó.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
Asimismo, afirmó que llegaron a lugares que nunca habían explorado, por lo que reversionar temas suyos y “que no suenen igual” fue “un desafío interesante”, como por ejemplo la versión de “Víctimas del cielo” que le tocó cantar solo acompañado del arpa de Sonia Álvarez. “Cantar solo con el arpa un tema de rock es algo nuevo para mí”, mencionó Germán.
Además, decidieron explotar el lado audiovisual ya que contaban en el equipo creativo con Juan Daffunchio, hijo de Germán y encargado de la identidad visual de la banda. El grupo se decidió a grabar un videoclip, cada uno desde su casa, pero teniendo que cumplir ciertas formas para que con la magia de la edición podamos trasladarnos a un fogón peñero. “Para el video de ‘Bombachitas rosas’ estamos todos en un fogón, pero para eso tuvimos que hacer los cálculos”, recordó entre risas sobre la grabación, pues cada uno se grabó en un lugar específico para que al montar, diera la impresión de que están juntos.
Llegado el momento, pudieron volver a los escenarios y este disco les dio la oportunidad de plantear un nuevo formato en cuanto a shows, como nunca antes lo hicieron, según expresó el músico. “Nuestros shows en tiempos normales son shows donde hay mucha energía, muchas emociones, mucha adrenalina y eso reproducirlo con gente sentada nos parecía casi una teatralización, porque uno tenía que hacer como que estaba re copado pero en realidad no, no es lo que uno está acostumbrado a vivir”, dijo sobre cuando pensaron en presentarse en concierto con los protocolos que implicaban tener a gente sentada.
Pero a partir de este nuevo disco se les ocurrió armar un show con el concepto de que la gente baile desde las sillas o puedan disfrutar sentados. “Lo logramos porque el desafío de hacer un show de una banda de rock que dure dos horas y que la gente la pase bien, es un desafío complicado porque es difícil que no se te caiga. Pero la gente salió muy feliz y nosotros también”, evaluó sobre la serie de conciertos acústicos que ofrecieron este año.

Comunión artística
Desde “Corderos en la noche”, primer álbum de la banda, a “Versiones desde casa” pasaron tres décadas, una gran cantidad de situaciones políticas y socioeconómicas, avances tecnológicos y ahora una pandemia. Germán mira todo esto con la sabiduría de quien vivió todos estos cambios y supo aprender de ellos, por lo que afirmó que sin dudas hay que saber evolucionar con los sucesos.
“Las condiciones en que grabamos y compusimos ese primer disco” son cosas que recuerda con cariño, porque desde aquel momento existían las ganas de abrazar la música de forma definitiva y sin mayores ambiciones que crear. “En esos primeros tiempos teníamos muy pocos recursos, yo había salido de una banda que fue muy famosa en Argentina (Sumo) pero me había quedado solo. Empezando a componer solo lo que iba a ser este disco hay un tema que se llama ‘Levanta polleras’ y recuerdo que la base la hice con garrafas de gas porque no tenía batería. Los primeros tiempos fueron muy rústicos, con los pocos elementos que teníamos. Los tiempos fueron cambiando, evolucionando y nosotros también. De mi experiencia anterior sabía que la clave en una banda es la comunión real entre los integrantes. Por eso somos un grupo, porque cada uno tiene que aportar el pedacito de genialidad que tiene para lograr una totalidad”, remarcó el artista.
Pensando en lo que le inspiraba a escribir hace más de 30 años en comparación a hoy, expresó que sus principios e ideales “siguen siendo iguales” a pesar de sentirse “más maduro”. “Uno va aprendiendo más de la vida pero mi espíritu sigue siendo el mismo”, afirmó.
En ese sentido, planteó que para él la música fue una terapia siempre, y que hasta ahora escribe de lo que ve con sus ojos, y que eso es esencial compartir con la gente que “siente parecido a vos”. “Somos una banda que jamás fue moda, somos una banda que se caracteriza por haber luchado siempre por su lado artístico de hacer música sin pertenecer a ninguna compañía de discos, eso nos llevó a no tener prácticamente difusión nunca. No somos una banda como Soda Stereo que tuvo un aparato gigante, música comercial y músicos lindos para conquistar al público. Son concepciones distintas”, confesó.
“Hay un montón de temas nuestros cuya visión social es lo mismo que está pasando ahora en nuestro país, casualmente. Sigue siendo actual lo dicho y siempre lo nuestro tiene una búsqueda profunda o es una experiencia vivida, algo que uno ve. Son experiencias de nuestros corazones y de nuestras almas”, aseveró.
La rebelión del rock
“Lo que vive Argentina es patético, es muy triste, yo toda mi vida he visto los mismos fracasos y seguimos insistiendo, seguimos fracasando, es una cosa casi inexplicable, creo que en el mundo no deben entender lo que pasa en Argentina, y nosotros tampoco. Es muy triste vivir en un país con tanta inestabilidad, viene uno (del gobierno) y deshace todo lo que hizo el otro. Nadie sabe qué pasa, pero lo que sí se sabe es que la mitad del país es pobre, que hay muchísima gente que se está muriendo de hambre”, planteó además sobre la realidad social de su país.
No obstante, arremetió con que lo citado es un problema mundial pues “la globalización se ha devorado a los gobiernos”. “La clase política es una clase de poder, porque saben cómo desinformar a la gente, cómo tenerlos atados y así perduran en el tiempo, es una de las grandes tragedias. En Paraguay la devastación de la selva la han vivido por la plantación de la soja. Cada uno tiene que aportar su semilla de arena para poder abrir las cabezas, despertar, movilizar”, subrayó.
Al respecto, señaló sentirse orgulloso de los discos lanzados con Las Pelotas y con los que han “tirado fruta” como dicen en Argentina a decir la verdad de las cosas. “La clave del éxito es mantenernos dormidos” dice la primera frase de un tema suyo “y eso es de la década del 90, e imagínate que hay muchas cosas que siguen pasando. Lo hemos dicho, lo seguimos diciendo y moriremos diciéndolo”.
Asimismo, observó que se siguen manteniendo “estructuras de silencio” que piden “no mirar más allá”, por lo que ahí el rock debe seguir cumpliendo lo que fue su función inicial: “la rebelión”. “Hay que despertar a un sistema, tratar de buscar otra forma. La rebelión en mí sigue existiendo, no me gusta lo que pasa, no estoy de acuerdo con tanta desigualdad en el mundo, no estoy de acuerdo con los valores que hay en el mundo”, aseveró, para luego advertir que hoy en día “hay canciones que no tienen contenido”. Expresó que grupos como Las Pelotas o La Renga “siempre han sido más subterráneos; venimos por abajo porque no es lo que conviene, y al rock lo han aburguesado, los músicos se han encerrado en sus mansiones. La rebelión parece ser que es perteneciente a los que tienen 20 años, y no es así. Quiere decir que seguías simplemente una moda. Yo sigo sintiendo lo mismo, sabiamente puedo pensar mejor y sigo luchando por lo mismo”, mencionó.
Acerca de la actualidad musical argentina, sostuvo que mucho de lo que se hace le está “espantando”. “A nivel rock hay grupos buenos, pero el rock ya pasó de moda. El sistema ahora desea el trap, el reggaetón. Si uno considera que la música puede influir en las masas, influir en el ánimo de la gente, qué mejor música que esa. Ya no hay gente que te esté diciendo: ‘despertate boludo’. Prefieren pensar en estar cada día más hermosos, en su imagen y tener sexo nada más. Es una forma de tener dormidas a las generaciones. La globalización es la música a nivel mundial y aparecen estos fenómenos de pibes como ‘The Truman Show’ que venden su vida. Por ahí no hace falta hacer buena música para ganar millones de dólares”, expuso.
Mientras tanto él sigue reflexionando todo lo que pasa en el mundo desde “su lugar”: las sierras cordobesas, donde se recluyó cada vez que un evento marcó su vida, desde la muerte de Luca Prodan hasta la pandemia. “Este es mi lugar en el mundo. Acá hemos vivido mucho, hemos creado Sumo, Las Pelotas. La vida que llevamos es muy intensa y los tiempos en los que podés parar me gustan porque me gusta la soledad, ya la necesidad de contacto con la gente la cubro con shows. Soy una persona que le gusta vivir aislado en contacto con la naturaleza”, declaró.
Pensando en que “lo único” que sueñan es “volver a tocar”, también aseguró que es mejor esperar a ver qué va diciendo el tiempo. “Cuesta mucho proyectar algo porque uno proyecta a través de la ilusión y la realidad nos marca que no sabemos qué va a pasar”.
“Tocar es parte esencial de nuestra vida. Nosotros no tocamos para hacer promoción del material. Nos gusta tocar, compartir y no vamos a dejar de hacerlo nunca mientras podamos. No nos importa ganar un Grammy; en mi caso no me interesa porque sé de que trata”, puntualizó, para luego cerrar con su deseo de volver a Paraguay a tocar lo más pronto posible. “Nos separaron las fronteras que crearon pero estamos todos en la misma tierra”, cerró.
