A sus 23 años, Marithea hizo historia al convertirse en la primera campeona nacional de Red Bull Colombia y en la única mujer capaz de lograr el título de mejor improvisadora de su país en la época moderna, un hito que ha supuesto un cambio de paradigma en la visibilización de la mujer en la disciplina.
Consciente de su importancia y del impacto del fenómeno que ha generado, Martihea cree que el progreso es una labor compartida, colectiva y global. “El progreso de la industria no depende de mí. Mi responsabilidad está ahí, pero llega hasta cierto punto. Por ejemplo, hay que tener en cuenta que hay cinco jurados, con su propia visión, que el público querrá o no que las cosas pasen o que a lo mejor recibo una paliza en octavos de final a las primeras de cambio”, declaró a EFE horas antes de la cita mundial.
“Es evidente que el hecho de que yo haya ganado la Final Nacional de Colombia le da mucha visibilidad al ‘freestyle’, pero eso es colateral”, afirmó. “Yo no busco ganar para transformar la disciplina. Yo busco cumplir mi sueño. No es mi misión mejorar la industria. Mi única responsabilidad es ganar por y para mí. A partir de ahí, está en la gente sentirse representados, indignados, molestos o felices por el hecho de que yo gane, no en mí”, aseguró.
Además del fenómeno que se ha despertado a su alrededor, Marithea emerge como una de las principales aspirantes a arrebatarle a Rapder el campeonato internacional y para evitar que Gazir, Skone, Aczino o Klan se hagan por el título por su nivel, su estado de forma y su óptimo rendimiento ante los mejores competidores de la élite. “Me siento muy bien con lo que vengo haciendo. He llegado aquí con cierto favoritismo que no tendría sentido ocultar. Sé que el público quiere verme y está bien. Puedo lidiar con eso”, declaró.
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La campeona caleña, “feliz, muy realizada y muy tranquila por cumplir el sueño de estar en Red Bull Internacional, es capaz de canalizar ese interés de los aficionados sin caer en discursos vacíos o polarizados: “Muchos no te conocen y dicen que no sirves para nada y otros te dicen que eres Dios e infinitamente superior a los demás… y ninguna de las dos es acertada… aunque si hay que elegir, siempre es preferible que piensen que eres la mejor”, dijo. “En la élite no hay tanta diferencia de nivel como la gente piensa. Nadie es invencible. Por eso, en el ‘freestyle’ puede pasar cualquier cosa”, concluyó.
