“No somos dichosas de ser ninguneadas”: la revolución suave de Cancioneras

El día del lanzamiento de Cancioneras, el libro. María Ríos, Lizza Bogado, Vero Barreto, Paty Latorre y Carmen Díaz.
El día del lanzamiento de Cancioneras, el libro. María Ríos, Lizza Bogado, Vero Barreto, Paty Latorre y Carmen Díaz.Carmen Diaz

El colectivo Cancioneras cumple su primer año de vida y lo celebrará con dos conciertos que reunirán a artistas de Paraguay, Cuba y Argentina. En la previa, algunas de sus protagonistas hablaron con este diario sobre el origen del grupo, los desafíos de la autogestión y la necesidad urgente de dar más visibilidad a las mujeres en la música.

En agosto de 2024, un grupo de músicas paraguayas decidió que no quería seguir cantando en escenarios donde las mujeres eran la excepción. Habían contado muchas veces la misma historia: carteles con decenas de nombres masculinos y, en el mejor de los casos, uno o dos femeninos. María Ríos lo vivió en carne propia. “Fui a un concierto donde yo era la única mujer entre setenta hombres. Ya no quería eso”, recuerda.

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Ese hartazgo se convirtió en impulso creativo. María había participado en un festival de cantautores llamado Dándole Cuerda, donde conoció a la chilena Cecilia Concha Laborde y su disco Cancioneras. El nombre encendió algo en ella. “Siempre pensé en cómo llamar a algo que moviera la canción de autor… y ahí lo vi: Cancioneras. Era perfecto”.

La idea de un colectivo nació junto con la de un libro. En los conservatorios, las partituras obligatorias pertenecían casi siempre a hombres: Rudy Heyn, Maneco Galeano… grandes nombres, sí, pero masculinos al fin. “No hay libros cancioneros donde esté música de mujeres. Vi el libro ‘Las Violeteras’, con casi 150 compositoras, y dije: tenemos que hacer lo nuestro”.

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Azucena, Carmen Díaz, Celeste Galeano, María Ríos y Nagay Alcaraz visitaron ABC para hablar de Cancioneras.
Azucena, Carmen Díaz, Celeste Galeano, María Ríos y Nagay Alcaraz visitaron ABC para hablar de Cancioneras.

Se reunieron amigas y colegas como Paty Latorre, Carmen Díaz, Vero Barreto, Patricia Lima, y lanzaron una convocatoria abierta. Llegaron casi cuarenta autoras. Era el germen de un cancionero histórico, uno en Paraguay dedicado exclusivamente a músicas mujeres.

En ese momento apareció Celeste Galeano, agente literaria. No formaba parte del grupo pero entendió la dimensión del proyecto. “La sociedad paraguaya está en deuda con las cantautoras. No conocemos nuestros valores, no pedimos espacios para ellas, y sin embargo hoy hay una producción artística maravillosa. Hay que empezar a exigir lugares donde puedan cantar y mostrar el talento que Dios les dio”, manifestó. Su apoyo editorial fue clave para que el libro se convirtiera en realidad.

Pero Cancioneras no sería solo un libro. “Si hay cantautoras, tiene que haber un concierto de cantautoras”, dijo María. Y así fue: un festival inaugural en el CCPA, con un cartel paritario, nacido sin patrocinadores ni presupuestos oficiales, “a pulmón”, como dicen ellas. Todo autogestionado: el escritor que paga su libro, la cantautora que organiza su propio escenario.

Cancioneras.
Cancioneras.

Este agosto, Cancioneras cumple su primer año y lo celebra con dos fechas que cruzan fronteras y géneros. Este jueves 14 en Punto Divertido (México c/ Rodríguez de Francia), en Asunción, se subirán al escenario las paraguayas Carmen Díaz, Sari Carri, Nat Mendoza y Lucero Sarambí; desde Cuba, la invitada Azucena; y desde Argentina, Flor Sandoval y Luli Maidana.

El viernes 15, la música se traslada al Teatro Municipal “Celso Bazán” de Itá, donde Azucena, Sandoval y Maidana repetirán su presentación, sumándose la paraguaya Rocío Robledo para completar un cartel de mujeres que cantan en plural.

Cancioneras.
Cancioneras.

Borrando fronteras

Como parte de un intercambio, el colectivo invitó a la cuabana Azucena, quien viene de un país con un fuerte movimiento trovadoresco, pero donde, como en tantos lugares, las mujeres no siempre reciben la misma visibilidad. Su llegada a Paraguay fue una conquista en sí misma. “Salir de Cuba es muy difícil, sobre todo ahora. María me inscribió en la beca de Ibermúsica y gestionó todo, durante meses. Siempre pedían más documentación, y yo tenía que enviarla con el problema del internet allá… pero finalmente lo logramos”, recuerda.

La artista sabe de lo que habla cuando menciona las dificultades: en su país la migración constante ha marcado su historia. “La migración es un fenómeno desde el inicio del ser humano. En Cuba, eso también ha afectado a la trova. Hay muchos trovadores, pero no tantos como salseros. Y las cantautoras mujeres somos aún menos”.

Sin embargo, insiste en que existe una genealogía femenina poderosa. “María Teresa Vera, por ejemplo, nació en 1895 y en el siglo XX firmó con Columbia. Teresita Fernández, que cantaba para niños y adultos, también dejó una obra importante. Y así, muchas otras han publicado libros y discos”.

Cancioneras.
Cancioneras.

Lo que más le impresiona de Paraguay, dice, es ver que la falta de visibilidad femenina en la música no es solo un problema cubano. “No se trata de estar por estar, sino de reconocer el valor de las creadoras. Aquí veo que se les da más visibilidad a los hombres que a las mujeres, y eso está mal. Hay que investigar, ver qué se está haciendo bien y qué no”.

María coincide. Cree que Paraguay está apenas dando sus primeros pasos hacia políticas culturales que incluyan a las mujeres. “Necesitamos acciones concretas, no solo discursos. Tenemos que ser conscientes de que si no valoramos lo que tenemos, será muy difícil. No somos dichosas de ser ninguneadas. No podemos fingir demencia”.

Cancioneras es, en esencia, eso: una resistencia suave pero firme. Un colectivo que borra fronteras para que ninguna voz quede sola. Un año después de ponerle la firma a un sueño, siguen cantando juntas, cada vez más firmes.