“Palabras que burbujean como un refresco”

Una bella y colorida historia de romance en torno a poesías, mascarillas, teléfonos celulares, música y fuegos artificiales.

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Netflix

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(Disponible en Netflix)

Palabras que burbujean como un refresco es un drama sobre momentos enormes y sentimientos sobrecogedores contenidos en pequeños gestos, en una canción, en “likes” de redes sociales y en las 17 sílabas de un haiku.

La historia trascurre en uno de esos pueblos relativamente pequeños del interior japonés que le resultará familiar cualquiera que tenga cierta experiencia viendo anime o haya pasado tiempo con videojuegos japoneses como Persona 4. La estación es el verano, las temperaturas están altas, los cielos azules, y los habitantes del pueblo convergen en lo que parece ser el centro de la actividad cultural y comercial del lugar: un enorme centro comercial.

Es allí donde Cherry (Somegoro Ichikawa), un muchacho tímido que usa su pasión por el haiku - una forma tradicional de poesía breve japonesa – como principal modo de expresión; y Smile (Hana Sugisaki), una popular “influencer” en redes sociales acomplejada por sus “dientes de conejo” que esconde perpetuamente bajo una mascarilla, se encuentran por primera vez.

El filme dibuja con ternura la historia de un romance juvenil naciente entre dos personas que, en sus respectivas maneras, se esconden del mundo detrás de barreras: ella con sus mascarillas que tiene miedo de sacarse hasta para comer si hay extraños presentes, y él con los auriculares que lleva puestos aunque no escuche música, simplemente para disuadir conversaciones inesperadas.

Y a pesar de las exageraciones caricaturescas que el filme emplea de tanto en tanto en sus momentos de comedia, la forma en que la relación entre Cherry y Smile se desarrolla es retratada con sutileza, delicadeza y naturalidad, pasando de una timidez insalvable a un interés que se va manifestando en seguimientos mutuos y “likes” en redes sociales, conversaciones en que las palabras comienzan a fallar y una odisea compartida por hallar un preciado disco de vinilo para un hombre que quiere volver a escuchar la voz de su difunta esposa.

En una forma similar a la que el haiku es la expresión de sentimientos u observaciones sobre el mundo en tres versos de cinco, siete y cinco sílabas, la película se centra en comunicar grandes emociones en gestos pequeños: una catastrófica pérdida en la ruptura de un pedazo de plástico, la forma dubitativa en que un dedo queda suspendido sobre el botón de “me gusta” del equivalente de Twitter de la película ante un mensaje que parece una confesión romántica indirecta, un tsunami de inseguridad desatado por un reflejo en la pantalla apagada de un celular.

No hay mucha complejidad en la historia de la película, pero sí mucha profundidad emocional, y para cuando llega al final la película se ganó su encantadoramente exagerado – pero efectivamente conmovedor - desenlace.

En lo que se refiere a lo visual, la película es hermosa, presentando una versión exagerada de un verano que convierte al cielo en una sábana de azul eléctrico, y tiñiendo los muros del centro comercial en colores vivos casi fosforescentes.

Palabras que burbujean como un refresco es una mezcla ligera de romance y comedia con muchísimo encanto.

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PALABRAS QUE BURBUJEAN COMO UN REFRESCO (サイダーのように言葉が湧き上がる)

Dirigida por Kyohei Ishiguro

Escrita por Dai Sato

Banda sonora compuesta por Kensuke Ushio

Elenco: Somegoro Ichikawa, Hana Sugisaki, Koichi Yamadera, Megumi Han, Natsuki Hanae, Sumire Morohoshi, Megumi Nakajima, Ratana, Yuichiro Umehara

Enlance copiado
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