Tras la presentación de una serie de pruebas y la declaración de testigos, el tribunal colegiado sentenció a Julián Sostoa Garay (46 años) a 20 años de pena privativa de libertad por el asesinato de su suegro Hernán Román Castillo, ocurrido el 7 de junio de 2011.
La investigación estuvo a cargo de la fiscal Zunilda Ocampos, quien procesó al sindicado por homicidio doloso.
Los magistrados Favio Aguilar, Serafín González y Vitalia Duarte valoraron los elementos probatorios y concluyeron que el acusado tuvo participación activa en el crimen.
Los antecedentes del caso refieren que el crimen ocurrió en la vivienda de la víctima en el barrio Ciudad Nueva de Ciudad del Este, a donde Sostoa Garay llegó munido de un arma de fuego.
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“La hija de la víctima, tras asomarse por la ventana con su padre, vio que el acusado llegaba portando un arma de fuego. Su padre había pedido a su hermana (entonces pareja del sindicado) que no abra la puerta, pero no sabiendo cómo, la hermana abre y sale a conversar. Al ser golpeada, su padre sale a defenderla, momento en que ya recibió uno de los dos disparos realizados”, indicó la jueza Duarte.
Agregó que luego Sostoa Garay fue desarmado y se dio a la fuga. La víctima recibió auxilio pero no resistió la herida y falleciendo.
La defensa intentó explicar de que el incidente fue un caso de legítima defensa, pero esa hipótesis no prosperó.
“Para este tribunal no pudo demostrarse con otros elementos las circunstancias mencionadas por la defensa. Está definida la autoría y la responsabilidad en la comisión del hecho punible hoy debatido”, dijo la jueza Duarte.
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Los hijos de Hernán Román Castillo se mostraron conformes con la sentencia, afirmando que finalmente se hizo justicia por la muerte de su padre.
Tras haber estado nueve años prófugo, Sostoa Garay fue aprehendido en junio del 2020 durante un control de rutina en el distrito de Juan E. O’Leary, Alto Paraná, luego de verificarse que en el sistema informático de la Policía Nacional figuraba con orden de captura.