Se trata de un simulador 3D que funciona de varias maneras. El cuerpo del paciente es escaneado. Se toman tres fotografías del rostro: una frontal y una de cada perfil. También se puede usar un sensor 3D portátil conectado a un Ipad. El Ipad renderiza (genera una imagen real mediante un software) a la que se le aplican cambios, de modo a que el paciente vea cómo quedaría su cuerpo. La reconstrucción es lo más aproximada a la realidad posible. “Esto permite que el paciente vea los resultados que se pueden alcanzar y a medir las expectativas reales. Normalmente, se le muestran fotos pero no siempre quedan satisfechos porque no se identifican”, señala el Dr. Derliz Mussi, cirujano paraguayo formado en Barcelona.
En caso que el paciente no pueda consultar de forma presencial puede enviar una selfie del rostro por ejemplo y de igual manera, el sistema puede recrear la imagen. “Los pacientes están tomando recaudos a la hora de consultar, entonces esta tecnología nos permite hacer una evaluación exploratoria de los resultados antes de la intervención”, agregó.
Para quienes deseen enviar sus fotografías, el Dr. Mussi explicó que: a) cualquier celular con cámara será útil; b) que las fotos deben ser tomadas a 1,5 metros de distancia; c) que se requieren tres tomas, una frontal y dos de perfil (a 45° grados); d) que la imagen frontal debe incluir el cuello y el ombligo, y que deben ser tomadas de forma vertical.
