- Actitud: Al hablar es importante tomar una actitud de respeto y amabilidad hacia el interlocutor, no solo por un tema de cordialidad o modales, sino para evitar que el otro adopte una actitud de defensa. Eso hace que la otra persona tenga una mejor predisposición a escuchar lo que uno dice.
- Remitirse a lo esencial: Si uno quiere que su mensaje llegue, debería pensar antes a quién le va a hablar. De ese modo uno puede evitar que la persona a la que quiere dirigir el mensaje o el interlocutor de relevancia no se dé por aludido. La máxima además es: ser breve y hacer un planteo claro.
- Evitar las falsas expectativas: Cuántas veces sucede que se organiza una reunión larga de equipo de la que finalmente no se saca nada en limpio. Esas son las falsas expectativas que hay que eliminar para evitar que se generen malentendidos. Quienes tienen el liderazgo de un equipo deberían pensar siempre qué expectativas tienen los empleados de una conversación.
- Escuchar atentamente: Las diferencias jerárquicas entre los empleados y coordinadores de equipos o jefes pueden generar malentendidos. Quienes tengan cargos superiores deben situarse claramente en el papel de quien escucha para transmitirles a los demás que se toman tiempo para ellos. Sonreír, asentir o hacer preguntas sobre lo que dice la otra persona manifiesta interés y da a entender que uno ha comprendido lo expresado por el otro.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
