Como nuestras vidas están conectadas estrechamente con las demás personas, todos sufrimos las consecuencias de un mal social.
Jean Piaget, psicólogo y epistemólogo suizo, 1896-1980, ha dejado importantes aportes a la salud mental y la educación. Piaget consideraba que el individuo es fruto de la genética en parte, pero eran quizás mucho más importantes los estímulos socioculturales en su formación. Sostenía que el pensar se configura por la información que el sujeto va recibiendo, aprendiendo siempre de un modo activo por más inconsciente y pasivo que parezca el procesamiento informativo. Por su parte, Lev Vygotsky, psicólogo y semiólogo ruso, 1896-1934, señalaba en sus estudios que la influencia cultural era determinante.
Cuantos sociólogos, psicólogos, psicopedagogos y neurocientíficos actuales estudian el entorno y su incidencia en la conducta. La pandemia -por ejemplo- nos dejó secuelas en lo económico, pero también en la parte de la salud. Muchas personas todavía sienten miedo, angustia y pánico cuando escuchan noticias sobre posibles enfermedades que ya aparecieron o pueden aparecer. De hecho, los médicos informan que pacientes que sufrieron covid en forma grave, muestran algunas secuelas, inclusive en lo neurológico, en el área cognitiva. El aislamiento de los abuelitos también causó depresión y tristeza a la gente mayor. Ni qué hablar del estrés que se generó por la crisis y que produce gastritis, dolor de cabeza, insomnio, inapetencia e irritabilidad. Posteriormente surgieron las variantes y las nuevas olas. Cuando disminuyeron los casos y respiramos un poco, viene la guerra Rusia-Ucrania y se disparan los precios del petróleo. Esto hace que aumenten los precios de la canasta básica familiar y el resto en general. Nos inquietan todos estos sucesos y también prestamos interés a la viruela del mono, el tema del momento.
El mundo se ha globalizado y las noticias surgen en segundos. Por más lejos que ocurra el hecho, gravitará sobre el bolsillo o sobre la salud individual. Nuestro teléfono y las redes sociales cambiaron nuestras vidas, definitivamente. No podemos correr e ir a instalarnos en una selva para protegernos. Debemos actuar con inteligencia y con cuidado. La información es poder y todo lo tenemos que usar para beneficiarnos. Los conocimientos que recibimos, también los debemos emplear a nuestro favor.
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Como individuos que vivimos en sociedad, la salud debe comenzar por casa. Ayudaremos muchísimo manteniendo buenas relaciones con el entorno. Educando e informando. Consumiendo alimentos saludables y haciendo ejercicios físicos. Seleccionando con criterio las informaciones que son confiables y desintoxicando la mente de basuras tóxicas. No tenemos la culpa de las cosas malas que ocurren en el mundo, pero somos responsables de nuestra salud física, mental y emocional. Y la tenemos que proteger no permitiendo manipulaciones o mentiras que puedan dañarnos. Despertar la consciencia y encontrar la luz. Solo la verdad nos hará libres.
