Crusellas, de 26 años, es el representante de España en este Wolrd Chocolate Masters que se desarrolla durante el Salón del Chocolate de París, y en el que compiten 18 cocineros por otros tantos países en siete pruebas.
Su pasión por la cocina comenzó con 18 años, tras de terminar el instituto, cuando entró en verano a trabajar en la sección de postres del restaurante Can Jubany de Calldetenes, en la provincia de Barcelona, que tiene una estrella Michelín.
Después de esa experiencia, decidió entrar de lleno en el mundo de la pastelería y se formó en prestigiosas instituciones de Barcelona como EspaiSucre y Hofmann.
Actualmente es el jefe de pastelería en El Carme Patisseria de Vic, también en la provincia de Barcelona.
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En octubre de 2021, Crusellas ganó la competición al mejor chocolatero de España y gracias a eso accedió al codiciado puesto ahora de candidato para la competición mundial.
En una entrevista a Efe, destaca que la clave de su éxito en la competición en España fue “buscar un estilo diferente”, con la introducción de tecnologías y nuevas texturas.
Para poder optar al título de mejor chocolatero del mundo, los contendientes deberán pasar todas las pruebas, cumplir con una serie de reglas en la realización de sus obras y diseñar un producto como si fuese a comercializarse, con su propio diseño, vajilla y empaquetado.
Para el joven chocolatero catalán, el ciclismo es su gran pasión. Es una parte fundamental de su disciplina como pastelero y, según señala, le ha aportado diversas habilidades “de constancia, de esfuerzo y de sacrificio” .
En esta octava edición de la competición mundial, Crusellas quiere trasladar a los jueces la importancia de la naturaleza y "reflejar en todas las creaciones las partes orgánicas de nuestro entorno", ya que la naturaleza nos representa a todos.
Además, a través de sus postres y esculturas de chocolate tiene intención de ofrecer “algo más natural, más orgánico y sostenible”.
En la fase de la competición dedicada a las esculturas de cacao, Crusellas ha optado por recrear un elefante hecho de chocolate para sorprender al jurado con un minucioso grado de detalle en su creación.
Crusellas explica que en los últimos tres meses ha tenido que entrenar de forma “muy intensa”, con turnos de hasta 16 horas al día “preparando el concurso, estando en el obrador y con el equipo”.
El próximo lunes se anunciará quién de los tres que pasen a la última ronda será el ganador del título al mejor chocolatero del mundo.
