"Nunca había nadado en un estadio con tanta gente, ha sido una locura ver esto y me aseguré de disfrutarlo cada vez que entraba en la piscina. Son momentos que recordaré por el resto de mi vida", señaló Marchand.
Un gran apoyo que no fue suficiente para que el joven nadador francés pudiese batir el récord del mundo del estadounidense Ryan Lochthe (1:54.00) vigente desde 2011.
"Cuando miré el cronómetro y vi que eran solo 6 centésimas de diferencia, me sentí un poco frustrado, pero al final, el tiempo no es realmente lo importante. Ganar otra medalla de oro era el objetivo y lo logré", concluyó el joven nadador de veintidós años.
