Janucá recuerda la victoria del pueblo judío, liderado por los macabeos, frente a la imposición del Imperio seléucida, que buscaba prohibir las prácticas religiosas judías. Tras recuperar el Templo, se encontró una pequeña cantidad de aceite puro para encender la menorá (el candelabro del Templo). Alcanzaba para un solo día, pero —según la tradición— duró ocho días, el tiempo necesario para preparar más aceite. Ese es el milagro que da sentido a la celebración.
Más allá del relato religioso, Janucá simboliza algo muy actual: la defensa de la identidad, la libertad de culto y la resistencia cultural frente a la opresión. No es poca cosa.
Cuándo se celebra
Janucá dura ocho días y comienza el 25 del mes hebreo de Kislev, por lo que su fecha varía cada año en el calendario gregoriano, generalmente entre fines de noviembre y diciembre.
Tradiciones y rituales principales
El centro de la celebración es el encendido de la janukiá, un candelabro de nueve brazos:
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- Ocho representan los días del milagro.
- El noveno, llamado shamash (servidor), se utiliza para encender los demás.
Cada noche se enciende una vela más, de derecha a izquierda, acompañada de bendiciones y cánticos tradicionales. La luz no es decorativa: simboliza esperanza, fe y perseverancia.
Juegos, comida y vida familiar
Janucá es una festividad profundamente familiar y comunitaria. Entre las costumbres más extendidas están:
- El dreidel, un trompo con letras hebreas que representan la frase “Un gran milagro ocurrió allí”.
- Platos fritos en aceite, en recuerdo del milagro: latkes (panqueques de papa) y sufganiot (donas rellenas) son los clásicos.
- Regalos y monedas de chocolate (gelt), especialmente para los niños.
No es una festividad solemne: es alegre, luminosa y pensada para compartirse.
La importancia de Janucá hoy
Aunque no es la festividad más sagrada del judaísmo (ese lugar lo ocupan Yom Kipur o Rosh Hashaná), Janucá tiene un fuerte peso simbólico. En contextos donde la diversidad religiosa aún enfrenta prejuicios, celebrar Janucá en público es también un acto de afirmación cultural.
