Estas son las costumbres paraguayas de Semana Santa

Para pasar una típica Semana Santa en familia es necesario conocer las costumbres más típicas del Paraguay.

Margarita Cardozo, preparando su chipas para su respectiva venta.
Margarita Cardozo, preparando su chipas para su respectiva venta.Jesús Riveros

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Cómo se celebra la Semana Santa en Paraguay

La Semana Santa siempre fue una tradición muy respetada en el Paraguay, especialmente en la campaña. Generalmente, el trabajo comienza durante la Cuaresma, cuando se empieza a preparar el mandi’o kyty, el almidón casero para la preparación de las chipas.

El Martes Santo se cocina el maíz, se molina, se prepara el suero, se acarrea la leña para el tatakua, se recolectan y se cuentan los huevos, se empiezan a cortar las hojas de banano y se controla que todo esté listo para el día siguiente. Según la tradición, esto es para que la chipa tenga buena tyraporã, buenos ingredientes, y cantidad suficiente de queso y huevos.

El Miércoles Santo, desde tempranas horas, ya se empieza a preparar la chipa. Generalmente, se preparan 10, 15 o 20 kilos de chipa, es decir, una cantidad abundante porque todos los amigos y los familiares deben tener su respectivo chipa lopi, ya sea argolla, karapã, palomitas, o la forma que se desee. Se mantiene la chipa en canastos, envuelta con mantel de ao po’i o con una tela limpia, y se tapa para repartir al día siguiente.

El Jueves Santo se acostumbra a hacer el karu guasu, es decir, la última comida abundante antes del ayuno. Generalmente se prepara cerdo, carne vacuna, aves o animales que uno cría ya en su casa pensando en que serán faenados en semana santa.

Todo se cocina en el tatakua o a la parrilla. Se trabaja en familia, las señoras preparan las masas, los niños dan forma a las chipas, los varones hacen el fuego y cocinan en el tatakua o la parrilla. Se come la sopa paraguaya y carnes asadas, so’o ka’ê (carne de vaca), ryguasu ka’ê (gallina), ype ka’ê (pato al horno) acompañadas con mandioca hervida y chipa.

El Jueves Santo también ya se piensa en el ayuno del día siguiente, por lo tanto, las señoras preparan el rora y el mbaipy para los adultos, y la crema o arroz con leche, para que coman los miembros de la familia que no ayunan, por ejemplo los niños y los ancianos.

El Viernes Santo no se acostumbra a encender fuego ni tocar cuchillos ni hacer tareas de la casa, ya que se dedica exclusivamente a hacer la visita al cementerio, a orar por los parientes difuntos, o a visitar las siete iglesias como indica la tradición.

Antes de que salga el sol, el Viernes Santo se acostumbra a sacar agua del pozo y darse un baño, porque se la considera agua bendita. Los niños tienen prohibido correr, gritar y hacer mucho barullo, ya que es el día en que Jesús fue crucificado y la familia se dedica a las actividades religiosas. Los adultos solo comen chipa y cocido, o el rora, o arroz kesu, siempre comida sin carne.

El Sábado Santo se evita la carne vacuna y se prepara un caldo liviano de gallina. La familia se prepara para asistir a la misa del gallo con sus respectivas velas y agua, que serán bendecidas durante la misa.

El Domingo de Pascua se dedica a visitar al padrino y la madrina, “a pascuar”, como se dice en el campo, llevándole el ryguasu ka’e˜ y sopa paraguaya, todo sobre una ajaka envuelta en un mantel de ao po’i blanco, almidonado. A cambio, los ahijados reciben algún jopói o regalo, que generalmente son dulces o juguetes. El domingo se vuelve a preparar una comida abundante con sopa y carnes varias.

El regalo de pascua. Colocar en un ajaka un mantelito de ao po’i o encaje ju blanco, bien almidonado, y encima poner el ryguasu ka’e˜, dos chipa argolla y unas porciones de sopa. Con este regalo, el ahijado visita al padrino y la madrina para saludarles y desearles unas felices Pascuas de Resurrección. Los padrinos, por su parte, les retribuyen con regalos.

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