“El Gobierno retirará oficialmente el proyecto de ley para apaciguar por completo las preocupaciones de la población”, declaró Lam en un video difundido por sus servicios.
Este polémico texto que pretendía autorizar las extradiciones hacia China continental, fue el origen de la crisis política que sacude la excolonia británica desde hace tres meses, la más grave desde su retrocesión en 1997.
Tras las primeras manifestaciones masivas, Lam había anunciado la suspensión del proyecto a mediados de junio. Los manifestantes en cambio, temiendo que volviese a resurgir, continuaron exigiendo su retirada oficial y definitiva.
Los manifestantes ampliaron a lo largo de las semanas sus reivindicaiones para denunciar un retroceso de las libertadres y la injerencia creciente de China en la región semiautónoma.
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La posibilidad de que Lam y Pekín estuvieran dispuestos a hacer concesiones, después de haber permanecido inflexibles, fue anunciada hoy por varios medios hongkoneses y confirmada después por un diputado que se había reunido con la jefa del Ejecutivo.
Estas informaciones, y la esperanza de un apaciguamiento en la crisis, hicieron subir la bolsa local, que cerró con un alza de casi un 4%, cuando había perdido más del 10% desde el inicio de las protestas.
En los diferentes foros de internet usados por el movimiento prodemocracia aparecían también comentarios señalando que esto no significaría el fin de las protestas.
Los manifestantes siguen exigiendo principalmente la introducción del sufragio universal o la apertura de una investigación independiente sobre el uso de la fuerza por la policía hongkonesa.
Por su parte, Pekín, dio muestras el martes de querer calmar la situación. El portavoz de la oficina de negocios de Hong Kong y Macao, Yang Guang, aseguró que los habitantes de la isla “incluidos los jóvenes estudiantes”, tenían el derecho a manifestarse “pacíficamente”.
Durante estos tres últimos meses, Lam adoptó a menudo un tono provocador, dando la impresión de no querer o no estar dispuesta a hacer concesiones.
