Tres días después de que El Cairo y al menos otras cuatro localidades del país registrasen manifestaciones de magnitud limitada pero de gran significado, y las más importantes desde 2016, su sombra planea todavía sobre cerca de un millar de personas, de las que 400 han sido acusadas y 500 todavía no han podido ser ubicadas en los centros de detención.
Las acusaciones y los interrogatorios a los detenidos continuaron hoy, mientras el presidente Al Sisi participaba en la Asamblea General de la ONU en Nueva York, donde dio un discurso en el que no hizo mención de las manifestaciones en su país.
Acusadas de participar en un “grupo terrorista”, difundir noticias “falsas”, usar internet para crímenes contra la “seguridad pública” y manifestarse sin permiso, 416 personas han sido enviadas a prisión preventiva durante 15 días, según la Red Árabe para la Información sobre los Derechos Humanos (ANHRI).
El director de ANHRI, Gamal Eid, explicó a Efe que la Fiscalía de Seguridad del Estado y el Complejo de Tribunales del Sur de El Cairo, además de los propios abogados, están desbordados por el volumen de personas que están siendo interrogadas.
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En la ONG Centro Egipcio de Derechos Económicos y Sociales aseguran que, de hecho, algunos tuvieron que ser llevados al complejo judicial porque la fiscalía antiterrorista no podía hacerse cargo de tantos centenares de detenidos.
El letrado de esta organización Malek Adly confirmó que 410 están ya en prisión preventiva. Además, la ONG calcula que, además de estos acusados, hay 500 detenidos más, pero los abogados aún no han podido localizarlos en los centros de detención.
La ONG Amnistía Internacional (AI) denunció hoy que de acuerdo con tres vídeos de los hechos verificados por la organización, la policía golpeó a los manifestantes, como prueban las imágenes de varios agentes propinando golpes a un participante antes de meterlo en un vehículo blindado.
AI también señaló que ha podido documentar el arresto de cinco periodistas y comprobar un caso de un efectivo policial que disparó perdigones contra varias personas que escapaban de los vehículos.
Mientras tanto en Egipto continúan los problemas de acceso a algunas redes sociales, como Skype, y páginas web como BBC News y Al Hurra, a las que en las últimas 24 horas se han sumado problemas intermitentes para entrar en Twitter, tal y como denunció el observatorio NetBlocks, plataforma que supervisa la censura en internet.
La red detectó que desde anoche el 40 % de los usuarios egipcios han experimentado dificultades para conectarse “en algún momento” a Twitter.
En general, la velocidad de la red es más lenta de lo habitual ya desde el pasado viernes.
Durante la revolución egipcia de 2011, que acabó con las tres décadas de dictadura de Hosni Mubarak, se implementaron medidas similares, con limitaciones y bloqueos del acceso a internet.
Al Sisi llegó al poder tras el golpe de Estado de 2013 contra el grupo islamista Hermanos Musulmanes, declarado terrorista ese mismo año y al que el ministro de Exteriores, Sameh Shukri, acusó de estar detrás de las protestas del pasado fin de semana.
“El hecho de que los manifestantes arriesgasen sus vidas y libertad para protestar contra el mandato del presidente Al Sisi sugiere que sus tácticas despiadadas han cosechado frustración y enfado”, advirtió en la nota la directora de campañas de AI para el Norte de África, Najia Bounaim.
Las protestas del viernes y el sábado surgieron tras la publicación de varios vídeos en los que Mohamed Ali, un empresario con 15 años de negocios con empresas vinculadas al Ejército y al Gobierno y que se encuentra en el extranjero, denuncia el despilfarro y corrupción de Al Sisi.
En un video difundido hoy de madrugada Alí afirmó que su vida depende del Gobierno de España, donde reside, y aseguró que un grupo de “oficiales” conoce su ubicación y se ha coordinado con otro en Cataluña para asesinarle.