El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, respondió de manera positiva y planteó un análisis integral y vinculante de los resultados de la auditoría, que aún no tiene fecha.
Por su parte, el aspirante opositor a la presidencia de Bolivia, Carlos Mesa, afirmó que sólo aceptará una auditoría de la OEA si el mandatario Evo Morales desconoce su victoria en primera vuelta.
El exmandatario y opositor dijo que planteaba una “contrapregunta” al gobierno: “Si está dispuesto a no aceptar el resultado del Tribunal Supremo Electoral” mientras se realice la auditoría y si le reconocerá un “carácter vinculante”.
Sólo de esa manera -dijo- aceptará sumarse a la auditaría, como le solicitó más temprano el vicepresidente Álvaro García. Y agregó que aguardaba una respuesta del gobierno.
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Un primer sistema de conteo rápido de votos del Tribunal Supremo Electoral (TSE) anticipaba una segunda vuelta entre Morales y Mesa. Pero luego mantuvo silencio por más de 20 horas sobre el avance del escrutinio, cambiando la tendencia a una victoria de Morales en primer ronda para luego proclamarlo ganador con 47,08% de los sufragios contra 36,51% para Mesa.
La ley boliviana atribuye la victoria en primera vuelta con más de 50% de los votos o con 40% y una ventaja de 10 puntos porcentuales sobre el segundo.
Mesa recordó que la propia misión de observadores de la OEA encontró en las elecciones “una irregularidad gigantesca” y “aspectos inaceptables”, por lo cual sugirió la realización de un balotaje entre Morales y Mesa, propuesta que también apoya la Unión Europea y países como Estados Unidos, Colombia y Brasil.
Sobre las protestas -que ingresan a su segunda semana y que registran a diario esporádicos choques entre oficialistas y opositores- Mesa señaló que “la movilización del pueblo boliviano no se suspende, no se va a detener”.