La comuna de Bastoña, en el sur de Bélgica, punto neurálgico de esta ofensiva sorpresa lanzada el 16 de diciembre de 1944 por las tropas de la Wehrmacht, concentrará a lo largo del fin de semana la mayor parte de las conmemoraciones.
Testimonios de veteranos, desfiles de carros, espectáculos de sonido y luz y la reconstrucción de la batalla con varios centenares de figurantes, en el poblado de Hardigny son algunas de las actividades del fin de semana.
El lunes, el memorial de Mardasson, erigido en una colina de la ciudad en homenaje a los miles de soldados estadounidenses muertos, acogerá la primera gran ceremonia oficial.
El gobierno belga dirigido por Sophie Wilmès, ha invitado al secretario de Defensa estadounidense, Mark Esper, y a los presidentes de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, y Polonia, Andrzej Duda.
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Otros cinco países beligerantes estarán representados, como Canadá, Reino Unido y Francia. El cortejo se congregará en el cementerio militar de Hamm, en Luxemburgo, en torno al gran duque Henri y del primer ministro Xavier Bettel, para rendir un homenaje a George S. Patton, que reposa ahí junto con 5.000 soldados estadounidenses.
Y es que Patton es un héroe de las Ardenas, recuerda Mathieu Billa, director del Museo de la Guerra de Bastoña. El general estadounidense, cuenta a la AFP este licenciado en historia, llegó desde el este de Francia con sus hombres para ayudar a sus compatriotas de la 101ª división aerotransportada rodeada por el enemigo en Bastoña.
El militar, que entonces tenía 59 años, fue propulsado “a la cumbre de su gloria” cuando logró “cortar el cerco” a unos 18.000 soldados estadounidenses a los que el ejército de Adolf Hitler exigía la rendición.
“Nuts!” ("¡Absurdo!") había respondido unos días antes a la misma demanda el general Anthony McAuliffe. Una expresión que ha entrado en la leyenda en Bélgica. Los alemanes, que tienen como objetivo cruzar el río Mosa para reconquistar el puerto estratégico de Amberes, no se rinden. Mantienen en la región bolsones de resistencia que hacen daño a los Aliados.
“La reconciliación”
La batalla de las Ardenas duró seis semanas, hasta la victoria aliada a finales de enero de 1945, y dejó, según las fuentes, entre 15.000 y 20.000 muertos en las filas alemanas y entre 10.000 y 19.000 de lado estadounidense, señala Billa.
Sin olvidar los cerca de 3.000 civiles belgas muertos en los bombardeos y las masacres perpetradas por las Waffen-SS. Houffalize está entre las ciudades mártires. A lo largo de las conmemoraciones, los organizadores, entre ellos el War Heritage Institute (WHI), guardián de la memoria militar en Bélgica, tratarán de que los últimos testigos con vida cuenten los horrores de los combates, a menudo cuerpo a cuerpo.
Habrá estadounidenses, belgas y alemanes ya que “hay que ver la historia de los dos lados; estamos en el modo reconciliación” , dice a la AFP John Osselaer, portavoz de WHI.
El domingo por la tarde, el Bosque Jacques en Bastoña, conocido por sus cavidades donde los soldados estadounidenses se atrincheraron para refugiarse de las temperaturas polares, será escenario de un homenaje en el que diez militares de la 101ª división, procedentes de Kentucky (este de Estados Unidos), leerán mensajes.
“Nuestro reconocimiento a los jóvenes estadounidenses caídos en suelo ardenés es eterno. Les debemos vivir en libertad” , dijo el burgomaestre de Bastoña Benoît Lutgen. En la memoria colectiva estadounidense, las víctimas de estos combates tuvieron pronto un lugar aparte.
La batalla ha sido muy documentada gracias a la presencia, atraídos por la 3ª ejército de Patton, de grandes reporteros como Robert Capa y Walter Cronkite, recuerda Billa. También ha inspirado al cine. En 1949 salió la película “Battleground”, escrita con recuerdos de oficiales de la 101ª división.