Vaticano defiende la renovación de su acuerdo con China comunista

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El papa Francisco avanza en su acercamiento con China Popular con el que firmó un acuerdo.
El papa Francisco avanza en su acercamiento con China Popular con el que firmó un acuerdo.Archivo, ABC Color

El Vaticano defiende las razones para la renovación del acuerdo con la República Popular de China (comunista) sobre el nombramiento de obispos, considerado un histórico pacto para el acercamiento entre ambos países.

CIUDAD DEL VATICANO (EFE). La comunicación de la Santa Sede coincide con la llegada al Vaticano secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, que había criticado duramente el acercamiento.

En un artículo del director editorial de la comunicación vaticana, Andrea Tornielli, se explica que el acuerdo provisional sellado el 22 de septiembre de 2018 entre la Santa Sede y la República Popular China, relativo al nombramiento de obispos, ha tenido resultados que “han sido positivos, aunque limitados”, lo que sugiere “seguir adelante con la aplicación del acuerdo durante otro período”.

Se recuerda que el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, ya explicó recientemente que la intención es proponer una prórroga a las autoridades chinas, continuando la adopción del acuerdo en forma provisional, “como se ha hecho en estos dos primeros años, a fin de verificar posteriormente su utilidad para la Iglesia en China”.

El Vaticano especifica en este artículo que el acuerdo “no se refiere directamente a las relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y China (interrumpidas desde 1956), ni al estatuto jurídico de la Iglesia Católica china, ni a las relaciones entre el clero y las autoridades del país”.

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“El acuerdo provisional se refiere exclusivamente al proceso de nombramiento de obispos, una cuestión esencial para la vida de la Iglesia y para la comunión de los pastores de la Iglesia Católica China con el obispo de Roma y los obispos del mundo”, explican.

Por consiguiente, añaden, “el objetivo del acuerdo provisional nunca ha sido meramente diplomático y menos aún político, sino que siempre ha sido genuinamente pastoral: su finalidad es permitir que los fieles católicos tengan obispos que estén en plena comunión con el Sucesor de Pedro y que, al mismo tiempo, sean reconocidos por las autoridades de la República de China”.

El Vaticano ha defendido siempre que el acuerdo intentaba crear la unidad de los católicos chinos, ya que el control de las autoridades había provocado el fenómeno de las llamadas comunidades “clandestinas”, que trataban de escapar al control de la política religiosa del gobierno.

Francisco no recibirá a Pompeo en esta ocasión, como ya lo hizo en octubre del año pasado, pero sí será recibido en Vaticano por Parolin y el secretario para las relaciones con los Estados, Paul Gallagher.