Este domingo, Chile celebra un plebiscito que le da a su ciudadanía la elección de votar a favor o en contra de una moción para redactar una nueva Constitución Nacional para el país, que reemplace la carta magna vigente, escrita y adoptada en 1980, durante la dictadura de Augusto Pinochet.
La comunidad chilena en Paraguay tiene la posibilidad de depositar sus votos en la Embajada del país en Asunción, y según datos de esa sede diplomática, alrededor de las 15:30 de hoy ya se habían presentado a votar 170 de los 362 ciudadanos chilenos residentes en Paraguay y registrados para votar.
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En Chile, a pesar de la pandemia de covid-19, se podían observar largas filas en las inmediaciones de los centros de votación, aunque respetando las medidas preventivas como el uso de mascarillas y el distanciamiento social.
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En la sede diplomática chilena en Asunción también se podían observar indicadores de distanciamiento social en el suelo, aunque no se registraban grandes cantidades de personas de forma simultánea.
El plebiscito chileno se celebra un año después de que Chile se viera sacudida por una de sus convulsiones sociales más importantes de los últimos tiempos, con protestas sociales masivas que surgieron en octubre de 2019 en respuesta a una iniciativa del Gobierno para alzar la tarifa del transporte público por tren subterráneo en la capital Santiago.
El 25 de octubre del año pasado, más de 1,2 millones de personas se manifestaron en Santiago, la mayor marcha registrada en el país en tiempos de democracia, en una explosión de descontento social que llevó a que en noviembre se alcance un acuerdo político que decidió la realización del plebiscito constitucional.
Las encuestas dan ventaja la opción de aprobación a la redacción de una nueva constitución, con entre un 60% y un 75% de las preferencias, según reporta la agencia AFP.
Más allá de decidir si se redacta o no una nueva Carta Magna, los chilenos deciden también esa eventual nueva Constitución será redactada por una “convención mixta” de ciudadanos electos y parlamentarios activos, o una “convención constitucional” exclusivamente compuesta por personas elegidas popularmente.