Más indignación por censura en internet

La censura a la cuenta de Twitter del presidente estadounidense Donald Trump “plantea cuestiones fundamentales” sobre la “regulación del debate público”, alertó el secretario de Estado francés para asuntos digitales, Cédric O.

Los gigantes tecnológicos cada vez más censuran mensajes que ellos consideran “inapropiados” de ser oídos.
Los gigantes tecnológicos cada vez más censuran mensajes que ellos consideran “inapropiados” de ser oídos.Archivo, ABC Color

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Las directivos de Twitter y Facebook censuraron persistentemente, desde hace semanas, las declaraciones del presidente estadounidense, un fenómeno no limitado a esos sitios en internet, sino repetido por medios de prensa estadounidenses.

El aumento de la censura es un fenómeno que ha ido creciendo desde ya hace varios años, alegando que “ciertos discursos” no pueden ser oídos por las personas, por ser “malos mensajes”.

Ante el último acto de censura, más llamativo, el cierre de la cuenta de Twitter del presidente Trump, el mandatario mexicano Andrés Manuel López Obrador (socialista) criticó la medida.

Ahora, se suman dirigentes de Francia, según informa la agencia AFP.

“El cierre de la cuenta de Donald Trump por parte de Twitter, si bien se puede justificar como una suerte de profilaxis de emergencia, no deja de plantear cuestiones fundamentales”, opinó Cédric O en un tuit.

“La regulación del debate público por parte de las principales redes sociales respecto a sus CGU (Condiciones Generales de Utilización), habiéndose convertido en verdaderos espacios públicos de reunión de miles de millones de ciudadanos, parece, cuanto menos, un tanto limitado desde un punto de vista democrático”, agregó el ministro.

Para Cédric O, “más allá del odio en línea, necesitamos inventar una nueva forma de supervisión democrática”.

La decisión de Twitter, que la justificó alegando que existe un “riesgo de nuevas incitaciones a la violencia” por parte del presidente estadounidense saliente, tras el asalto de simpatizantes suyos al Congreso en Washington, dio lugar a múltiples reacciones entre la clase política francesa.

Jean-Luc Mélenchon, jefe de filas de Francia Insumisa (comunista), consideró que “el comportamiento de Trump no puede servir de pretexto para que las GAFA (Google, Amazon, Facebook y Apple, los gigantes tecnológicos) se arroguen el poder de controlar el debate público”. Y François Ruffin, diputado del miembro partido, tildó la decisión de “escandalosa”.

Marine Le Pen (Agrupación Nacional, nacionalista) consideró que el veto de Twitter es un “acto de fuerza” de los “grandes grupos privados que consideran que tienen más poder, y probablemente sea cierto, que un Estado”.

“No podemos, por un lado y de forma legítima, condenar las violaciones a la democracia que tienen lugar en el marco de la intrusión en el Capitolio (...) y al mismo tiempo no (...) condenar muy firmemente a estos gigantes del sector digital, que en realidad quieren influir directamente en la democracia decidiendo quién tiene derecho a hablar”, agregó la presidenta de Agrupación Nacional.

Se ha vuelto una práctica, peligrosa, que los grandes empresarios de internet, y algunos grandes medios de comunicación buscan normalizar, la censura de los mensajes con los que no se está de acuerdo.

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