A partir de vacunas existentes, podrían crear dosis específicas contra variantes

Este artículo tiene 4 años de antigüedad
¿QUÉ ES UN VIRUS?
¿QUÉ ES UN VIRUS?Archivo, ABC Color

La ciencia –mientras avanza la campaña de inmunización– ve factible crear dosis específicas contra nuevas cepas a partir de los biológicos ya disponibles. La enfermedad mató ya a unas 2,6 millones de personas.

REDACCIÓN CIENCIA, GINEBRA (EFE). El 11 de marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró como pandemia la enfermedad del covid-19, lo que dio lugar a un año de cambios sociales, económicos y científicos de gran calado.

El último día de 2019, China –donde apareció el virus– informó a la OMS de la circulación de una nueva neumonía y, en solo once meses, la ciencia logró un hito: administrar la primera vacuna de Pfizer.

Pero en las últimas semanas, la aparición de nuevas variantes del virus es motivo de preocupación, porque “pueden afectar a la eficacia de las vacunas”, dice la inmunóloga Carmen Álvarez, de la española Universidad Internacional de La Rioja.

Agrega que aún “no está claro” si es así con la sudafricana o la brasileña –en el caso de esta última aún no hay datos–.

Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy

Estudios preliminares apuntan a que las principales formulaciones mantiene su eficacia frente a la británica, pero preocupa más la sudafricana, pues podría ser menor, en especial la de

AstraZeneca, que, según una investigación del pasado febrero, mostró una eficacia muy limitada en la prevención de casos leves o moderados; de hecho, recuerda Guillermo Docena, inmunólogo del argentino Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), Sudáfrica decidió suspender su aplicación.

Tanto Pfizer, como Moderna y AstraZeneca anunciaron que trabajan en nuevos desarrollos para la variante sudafricana.

Los preparados de Pfizer y Moderna están basados en ARN mensajero, que se usa por primera vez para vacunas y que sorprendió al mundo con niveles de eficacia superiores al 90% en los ensayos clínicos.

Esta tecnología, como la basada en adenovirus que utilizan AstraZeneca y Johnson&Johnson, tiene la particularidad de que se puede modificar “muy rápido”, con lo que se podrían hacer dosis específicas para estas variantes, explica la inmunóloga española, aunque luego hay que producirlas a gran escala, agrega Docena.

El arsenal de vacunas será cada vez mayor y abarcará las distintas necesidades. Hasta ahora, eran de dos dosis, pero EE.UU. ha autorizado ya la de Johnson&Johnson, de un solo pinchazo, una formulación que, como AstraZeneca, se conserva, entre 2 y 8 grados, frente a las temperaturas bajo cero de Pfizer y Moderna.

Más allá del problema de las variantes, el inmunólogo argentino Docena, cuyo grupo de investigación tiene en marcha un proyecto de vacuna en fase preclínica, cree que hay dos aspectos principales en el proceso de vacunación: la producción a escala y una distribución más homogénea en el mundo.