YAKARTA (EFE). Barcos y helicópteros de la Marina peinan sin descanso, ayudados del sistema sónar, las aguas del norte de la isla de Bali donde la madrugada del pasado miércoles se perdió el contacto con el submarino KRI Nanggala-402, fabricado en Alemania en 1978, durante unas maniobras militares.
A la búsqueda se incorporó el Boeing P-8 Poseidon de la Marina de EE.UU., diseñado para misiones de guerra antisubmarinas e interceptación de embarcaciones, según anunció el general indonesio Achmad Riad.
Este anuncio se produce después de que el Departamento de Defensa de EEUU anunciara el pasado jueves que había enviado “activos aéreos” a la zona para cooperar en la búsqueda.
Además de EE.UU., también se han implicado en la búsqueda Australia, India y Singapur, con equipamientos especiales que pueden ayudar a localizar el submarino.
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El general Riad recalcó que el submarino desaparecido cumplía con todas las normas internacionales para este tipo de naves y señaló que todos los trámites burocráticos para la llegada de vehículos militares internacionales fueron solventados.
Zona de búsqueda
La búsqueda se centra en nueve puntos dentro de una zona de diez millas náuticas siguiendo el rastro de las fugas de combustible y los campos de magnetismo detectados, que podrían indicar la presencia de la nave.
El jefe de la Marina indonesia, Yudo Margono, afirmó la víspera que la nave, que desapareció cuando estaba en inmersión, tiene una capacidad para unas 72 horas de oxígeno; es decir que los equipos de búsqueda tienen hasta la madrugada de hoy para hallar posibles supervivientes.
Según la información del Ejército indonesio, el submarino inició la inmersión a las 3:46 hora local (20:46 GMT del martes) y unos 15 minutos después inició la carga del tubo lanzatorpedo número 8.
La última comunicación con los tripulantes tuvo lugar a las 4:25 hora local (21:25 GMT del martes) y antes de autorizar el lanzamiento del torpedo se perdió la conexión con la nave.
Una de los principales pistas es una mancha de combustible hallada en el mar, que podría indicar que los tripulantes liberaron combustible para aligerar la nave a una profundidad de entre 50 y 100 metros.
Otra explicación barajada por la Marina indonesia es que se deba a una ruptura del tanque de combustible que haya provocado que el aparato se haya hundido a unos 500 o 700 metros.
La espera resulta angustiosa para los familiares de los 53 tripulantes, que se muestran esperanzados en las escasas entrevistas aparecidas en los medios de comunicación indonesios.
El “Kursk” de Rusia y el “ARA San Juan” argentino
La desaparición del submarino indonesio evoca otras tragedias como la del sumergible argentino “ARA San Juan”, con 44 tripulantes, que desapareció en 2017 y encontrado un año después, así como el grave accidente del nuclear ruso “Kursk”, el 12 agosto 2000. Quedó sumergida en reposo en el fondo del Ártico con 118 tripulantes a bordo. Es el más grave hasta la fecha. “Kursk” era “joya” de la Flota del Norte ruso.
