El Gobierno calcula que los docentes a vacunar son unas 585.000 personas, entre escuelas privadas y públicas (la campaña no incluye, de momento, a los trabajadores del sector de educación superior), que recibirán la vacuna monodosis de Johnson & Johnson.
La iniciativa, que busca garantizar la continuidad de las clases, es ambiciosa en un país en el que la inmunización avanza muy lenta, ya que hasta ahora solo logró administrar unos 2,3 millones de dosis -de las cuales 1,7 millones son primeras dosis de la vacuna de Pfizer- para una población de unos 58 millones de habitantes.
"Estoy entusiasmada, estoy motivada y esto esperanzada", manifestó esta mañana la ministra sudafricana de Educación Básica, Angie Motshekga, quien lanzó oficialmente la campaña de vacunación esta mañana visitando una escuela de Tembisa, a las afueras de Johannesburgo.
GRAVE SITUACIÓN SANITARIA EN LA ZONA DE JOHANNESBURGO Y PRETORIA
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Sudáfrica, nación que se mantiene desde el inicio de la pandemia como el gran epicentro de la covid-19 en África, atraviesa actualmente una tercera gran ola de contagios que está golpeando sobre todo a la central provincia de Gauteng, donde se encuentran Johannesburgo y Pretoria, con niveles récord de casos.
"Estamos viendo tasas de infección mucho más altas de las que hemos visto antes", admitió con preocupación este martes el presidente del país, Cyril Ramaphosa, preguntado por la prensa durante un acto oficial en el puerto de Ciudad del Cabo (suroeste).
En concreto, Gauteng, corazón político y económico de la nación más desarrollada de África, acumula cada día un 70 % de los más de 10.000 casos que Sudáfrica está actualmente registrando por jornada, sin signos de ralentización a la vista.
Según los medios locales, solo en esta provincia hay unos 5.000 pacientes en unidades de cuidados intensivos y los hospitales están ya en una situación crítica en cuanto a camas y reservas de oxígeno.
Hasta la fecha, Sudáfrica registró algo más de 1,8 millones de casos, con unas 59.000 muertes.
Pese a esos números, la inmunización avanza muy lenta en esta potencia africana, lastrada por las dificultades de acceso a las vacunas que sufren las naciones de medios y bajos ingresos.
En el caso concreto de Sudáfrica, los retrasos empeoraron por contratiempos como la eficacia limitada de algunas vacunas frente a la variante beta (B.1.351) dominante en el país -lo que llevó a prescindir de la fórmula de AstraZeneca- o el descarte de otros dos millones de dosis de Johnson & Jhonson por problemas de contaminación en una fábrica de la empresa farmacéutica estadounidense.