“Todos tenemos prisa”, señaló hoy la líder progresista Sigrid Kaag, quien ha escrito estas semanas con el liberal Mark Rutte un “plan para un posible acuerdo de coalición” en el que esbozaron líneas generales de la base del futuro gobierno, en el que estarán sus partidos liberales, aunque de momento no hay señales de un avance inminente del diálogo.
La división del Parlamento entre 17 partidos políticos hace que el próximo Ejecutivo tenga que estar formado por al menos cuatro grupos. De momento, el diálogo se conjuga en torno a los liberales de derechas (VVD) del primer ministro Rutte; los liberales de izquierdas (D66) de Kaag, y los democristianos (CDA) del ministro saliente de Finanzas, Wopke Hoekstra.
Los tres suman 73 escaños: los 34 del VVD, los 24 de D66 y los 15 de CDA, pero el Parlamento tiene 150 diputados y esa combinación de tres partidos no alcanza la mayoría suficiente para gobernar, por lo que necesitan los escaños de al menos un cuarto socio.
Los tres gobernaron en la última legislatura (y aún gobiernan en funciones) con Unión Cristiana, un partido que aportó sus escaños a cambio de que los progresistas de D66 renunciaran a sus proyectos de ley en materia de ética médica, como el aborto o la eutanasia, lo que permitió un Ejecutivo estable entre 2017 y 2021 liderado por Rutte.
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Sin embargo, Kaag señaló este lunes que no está dispuesta a volver a renunciar al programa electoral de D66, por lo que descartó una nueva legislatura con el partido cristiano, una combinación que tendría la mayoría parlamentaria suficiente, pero no en el Senado, lo que complicaría la aprobación de leyes controvertidas.
Para la progresista, la coalición ideal debería contar con los socialdemócratas (PvdA) y la izquierda verde (GroenLinks), que tienen 9 y 8 parlamentarios respectivamente. Aunque con el apoyo de uno de estos dos partidos sería suficiente, un pacto preelectoral entre ambos hizo que prometieran estar o juntos, o no estar, en un futuro gobierno.
La opción a la que se aferra ahora D66 tendería "demasiado hacia la izquierda" para Rutte y Hoekstra, que prefieren un cuarto socio más hacia la derecha, como Unión Cristiana, un partido que tampoco tiene muy claro si quiere repetir en el futuro gobierno, después de haber vetado antes de verano que este estuviera liderado por cuarta vez por Rutte.
