El senador Martín Arévalo, del gobernante Partido Colorado, salió este lunes al paso de las acusaciones del responsable de la Dirección Nacional de Aduanas, Julio Fernández, que la pasada semana denunció ante la Fiscalía presiones por parte del legislador para que ascendiera a varios funcionarios del ente.
Asimismo, Fernández denunció que Arévalo también le pidió intervenir para lograr la devolución de una carga valorada en unos tres millones de dólares en la aduana de Ciudad del Este, frontera con Brasil, que había sido declarada como contrabando y era propiedad de un empresario de origen libanés.
En la rueda de prensa, Arévalo negó las acusaciones y reiteró que la denuncia de Fernández obedece a una especie de venganza en respuesta a la previa que hizo el legislador en el Congreso, denunciando que la carga fue incautada de forma irregular en esa aduana de Ciudad del Este, el principal centro comercial de Paraguay.
"El Estado paraguayo fue robado por esta situación. Es tan fácil robar por tres millones de dólares", dijo en la conferencia el senador, que se expone a la pérdida de investidura.
Arévalo presentó mensajes de celular y audios a modo de pruebas, presuntos pedidos de Fernández para que intercediera en el Congreso por la inclusión de los funcionarios de Aduanas en el proyecto de emergencia ante la pandemia y así gozar de bonificaciones.
En el marco de la investigación abierta por la Fiscalía, el domingo fueron allanadas las viviendas de dos funcionarios que serían los citados por Arévalo para ser promocionados en Aduanas.
De acuerdo con la prensa, ambos residen en mansiones de lujo que no se corresponden con sus sueldos.
Fernández, que puso a disposición de la Fiscalía su teléfono celular para su peritaje, dijo días atrás a los medios que antes de tramitar su denuncia lo comunicó al presidente del país, Mario Abdo Benítez.
Arévalo y Fernández se conocían personalmente y se reunían en un grupo de oración, según admitieron ambos a los medios.