La Misión de la UE elogió en un comunicado a los firmantes del pacto y "los esfuerzos realizados hasta ahora para implementar algunos artículos del acuerdo, incluidas algunas medidas positivas tomadas en el ámbito de la justicia transicional".
"Sin embargo, nos preocupa la demora en la implementación de muchos otros aspectos de este acuerdo, especialmente porque la situación en las zonas marginadas y afectadas por la guerra no ha cambiado durante décadas, y los dividendos de la paz aún no han llegado a la mayoría de los sudaneses", agregó.
La Unión Europea, que actuó como testigo del pacto, instó a las partes "a compensar las demoras" y avanzar en puntos como la integración de las distintas fuerzas y los grupos armados en un ejército unificado o el establecimiento de las instituciones estipuladas en el pacto, como las comisiones de paz, elecciones y Constitución.
El 3 de octubre del año pasado el Gobierno de transición, en el poder en Sudán desde el derrocamiento del exdictador Omar al Bashir en 2019, y los principales grupos armados rebeldes del país, integrados en el Frente Revolucionario de Sudán, firmaron un acuerdo de paz definitivo en la capital de Sudán del Sur, Yuba.
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Por otra parte, uno de los miembros del máximo órgano del Ejecutivo de transición, Al Hadi Idris, líder de la Alianza del Frente Revolucionario, alertó en una rueda de prensa de que las recientes tensiones y la ruptura de comunicaciones entre los componentes civil y militar del Gobierno estaban afectando negativamente a la implementación del Acuerdo de Yuba.
Tras la caída de Al Bashir militares y civiles llegaron a un acuerdo para cogobernar durante el proceso de transición que debería desembocar en unas elecciones democráticas a principios de 2024.
Sin embargo, tras un intento fallido de golpe de Estado el pasado 21 de septiembre se tensó la relación entre las Fuerzas Armadas y los civiles y se rompió la comunicación entre ambas partes.
Según Idris, esto ha llevado a la suspensión de las reuniones del máximo órgano de poder, el Consejo Soberano, presidido por el comandante general del Ejército, Abdelfatah al Burhan, así como las que realizan este y el Consejo de Ministros y las del Consejo de Seguridad y Defensa, "lo que afecta a la implementación del acuerdo de paz".
"Hay una desaceleración especialmente en lo relativo a los acorado en materia de seguridad, al regreso de las personas desplazadas y refugiadas y al establecimiento de mecanismos para implementar el acuerdo y un mecanismo de control y evaluación", explicó.
