Ese sistema es el mayor mercado de emisiones del mundo y desde su lanzamiento en 2005 ha ido añadiendo sectores, de forma que actualmente cubre a unas 11.000 plantas de uso intensivo de energía como refinerías, siderúrgicas y productores de fertilizantes o cemento que deben de adquirir derechos de emisión.
El precio por tonelada de CO2 en septiembre de 2021 rondó los 55 euros y, según Zero Waste Europe, se estima que alcanzará los 90 euros en 2030.
La Comisión Europea (CE) presentó en julio una propuesta legislativa para mitigar el cambio climático y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero al menos un 55 % en 2030 respecto a 1990, que ahora debe de ser negociada con los Estados miembros y con el Parlamento Europeo.
En ella, la CE aboga por ampliar el rango de ETS al transporte marítimo y crear un sistema paralelo que cubra también el transporte y la climatización de los hogares.
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Pero la propuesta del Ejecutivo no incluye las cerca de 390 plantas de incineración de residuos municipales que existen en la UE, según datos de la Confederación de Plantas Europeas de Conversión de Residuos a Energía, que en 2018 generaron 79 megatoneladas de CO2 entre deshechos fósiles y biológicos (3.332 toneladas en España.
Incluir las incineradoras en el sistema ETS reduciría las emisiones de CO2 en 8,8 megatoneladas en 2030, según Zero Waste Europe.
"Si la incineración de residuos se incluye en el ETS, las empresas de residuos deberán comprar créditos de emisión por cada tonelada de CO2 que emitan. Este costo adicional de la incineración puede estimular la prevención y el reciclaje de desechos, que luego serán más competitivos (menos costosos) que la incineración", resume la organización.
Según el estudio publicado por esa organización medioambientalista, y elaborado por la consultora Delft, gravar las toneladas de CO2 liberadas en esas plantas de quema de basura estimulará las actividades de clasificación y reciclaje por parte de los hogares, que reciclarían hasta un 5 % más y, en particular, para las empresas, donde el reciclaje avanzaría un 25 %.
La notable diferencia entre ambos responde, explica la ONG, a que "las empresas actúan de forma más racional en términos de costes y beneficios que los hogares" y también a que estas tendrían "un incentivo de precio más directo".
Más allá de los beneficios climáticos, como la separación de basura precisa más mano de obra que la incineración, el cambio de sistema crearía además entre 6.800 y 21.000 de trabajo en 2022, en función de si se incluyen sólo los residuos fósiles o también los biológicos, apuntó Zero Waste Europe.
La ONG cree que el aumento de los costes para hogares y empresa podría mitigarse redistribuyendo los ingresos que generen los derechos de emisión en el sistema ETS.
