"Somos la alternativa a la izquierda, sobre todo en Europa. El problema no es incluir a la Liga en pequeños grupos que siguen a la izquierda, porque si seguimos a la izquierda política y culturalmente hemos perdido. Nosotros tenemos que marcar agenda", dijo Matteo Salvini, en un foro organizado por su partido en Milán (norte), después de que Giancarlo Giorgetti, su número dos, actual ministro de Desarrollo Económico y representante del ala más liberal y europeísta de la Liga, apostara esta semana por reducir la radicalidad de la Liga e integrarla en el Partido Popular Europeo (PPE).
Giorgetti ha criticado abiertamente la alianza de Salvini con la francesa Marine Le Pen o Alternativa para Alemania (AfD), lo que ha provocado tensiones con el líder ultraderechista, pero también ha contado con la aprobación de algunos miembros clave, como Roberto Maroni, uno de los fundadores de la Liga y secretario federal de 2012 a 2013, que consideró el viernes en una entrevista con el diario "La Repubblica" que "es necesario que la Liga se una al PPE".
"Giorgetti, que es el más demócrata cristiano de la Liga, tiene razón. También le vendría bien a Salvini, que podría ocupar el lugar de Silvio Berlusconi, convirtiéndose así en el líder de un centro-derecha moderado" en Italia, y dejando "el papel de la derecha (extrema) a Giorgia Meloni", opinó Maroni.
Tras las críticas de Giorgetti, Salvini quiso dejar claras las cosas y esta semana el Consejo Federal de la Liga convocó a toda prisa una reunión para restablecer el orden, en la que -según dijo este sábado Salvini- se habló de programa político y "de futuro", pero tras la que parece que se firmó una tregua, al menos públicamente.
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"Escucho a todos, pero yo decido", afirmó Salvini a los medios justo antes de esa reunión, celebrada el jueves, algo que no comparte Maroni, que el viernes opinó que el líder ultraderechista solo se rodea de gente que le dice 'sí' a todo.
La Liga celebrará una asamblea "programática" antes de que acabe el año para definir la línea a seguir, tras los últimos tropiezos electorales, e implicará a todos los representantes del partido, como alcaldes, gobernadores regionales, sus 133 diputados, 64 senadores o sus 24 eurodiputados.
Salvini apremió a los miembros del partido a debatir en foros, "donde es correcto hacerlo", y luego salir "unidos".