Unas guías de comunicación interna de Bruselas dividen a la Eurocámara

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Estrasburgo (Francia), 15 dic (EFE).- Unas guías internas de la Comisión Europea sobre cómo hacer sus comunicaciones más inclusivas y respetuosas con la diversidad de la población europea mostraron hoy la división entre los diputados que consideran que borran la cultura cristiana y los que valoraran su tolerancia ante la pluralidad comunitaria.

Se trata de unas guías internas que animaban a los funcionarios europeos a no asumir que todos los ciudadanos a los que llegan sus mensajes celebran la Navidad, por lo que se les sugería usar "felices fiestas" en los mensajes en nombre del Ejecutivo comunitario.

Las guías habían sido presentadas un mes antes de que despertaran la atención en algunos medios conservadores italianos, que las divulgaron como una prohibición por parte de Bruselas de decir "Feliz Navidad", entre otras medidas.

El documento también había llamado la atención del Papa, que consideró un "anacronismo" o un "laicismo aguado" el querer eliminar las referencias a la Navidad, al tiempo que pidió "no abrir el camino a las colonizaciones ideológicas porque podría dividir a los países y hacer fracasar la UE".

En un debate sobre este asunto hoy en la Eurocámara, el vicepresidente comunitario Margaritis Schinas subrayó que la realidad de vivir en Europa es que millones de europeos celebran la Navidad, otros celebran Hannukah y otros el final del Ramadán, e instó a que el Viejo Continente siga siendo un lugar en el que la tolerancia sea un valor supremo.

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"Como instituciones europeas, debemos ser cuidadosos en nuestro trabajo para llegar a todos los sectores y segmentos de la sociedad europea. Nuestra comunicación debe reflejarlo para que todo el mundo se sienta incluido", aseguró el comisario griego, del Partido Popular Europeo.

"Estamos orgullosos de 2.000 años de tradición judeocristiana y tradiciones en Europa (...) y estamos orgullosos porque vivimos en una Europa que valora y protege todas las religiones igualmente, así como el derecho a no tener ninguna religión", añadió.

Desde el grupo popular en la Eurocámara, que propuso incluir este debate en el orden del día, el alemán Manfred Weber instó a "no confundir la libertad religiosa con una tolerancia que confine todos los símbolos religiosos a la esfera privada" y lamentó que temas como "la Navidad o la fe" ya no se puedan tratar abiertamente.

También el conservador italiano Nicola Procaccini defendió que "tener un pequeño Belén es defender la cultura de Europa", mientras que el diputado de ultraderecha francés Jordan Bardella criticó a Bruselas por lo que a su juicio supone "un intento de erradicar la cultura y vaciar a Europa de su alma y sus cimientos".

Desde los liberales, el rumano Dacian Ciolos lamentó que el pleno haya elegido debatir este tema frente a crisis como la de Rusia y Ucrania, la pandemia o el alza de los precios de la energía, aunque rechazó que "la Comisión diga si yo puedo decir 'feliz Navidad'" y afirmó que la cristiandad es parte de la cultura común europea.

En el bloque progresista del hemiciclo, la socialdemócrata sueca Heléne Fritzon afirmó que el uso de un lenguaje inclusivo permite "comunicarse con todos los ciudadanos de nuestro territorio con igualdad" y llamó a seguir peleando contra estereotipos y prejuicios para "garantizar que todos los ciudadanos se sienten representados"

También la sueca de los Verdes Alice Kuhnke lamentó que se haya creado esta polémica en torno a "un documento interno cuyo objetivo es que todos los ciudadanos se sientan incluidos en el trabajo de la UE", mientras que la diputada española de la Izquierda María Eugenia Rodríguez Palop incidió en que la guía no hacía más que "trasladar al lenguaje oficial una diversidad que ya existe en la UE".