Biden recibirá hoy a Scholz en Washington, en el primer viaje oficial del canciller alemán a Estados Unidos desde que asumió el cargo a finales de 2021.
La visita se produce en plenas tensiones con Moscú por la concentración de tropas rusas en la frontera con Ucrania y el temor a una invasión, y en medio de críticas a Scholz de los socios de la OTAN por la falta de una línea clara frente a Rusia.
En una llamada con periodistas, una alta funcionaria de la Casa Blanca, señaló que los dos líderes comentarán sus "preocupaciones compartidas" sobre la escalada militar de Rusia en la frontera con Ucrania.
Asimismo, analizaran su "compromiso compartido" tanto "en los esfuerzos diplomáticos para animar a Rusia a rebajar las tensiones así como los dedicados a asegurar la disuasión ante una mayor agresión rusa".
En este sentido, la funcionaria estadounidense remarcó que Biden y Scholz discutirán la preparación de un "fuerte paquete de sanciones" que "impondrían un grave coste si Rusia invade Ucrania".
En concreto, uno de los temas de la conversación será el gasoducto Nord Stream 2, que transporta gas natural ruso a través del mar Báltico directamente a Europa Occidental, esquivando Ucrania.
Su proceso de certificación, no obstante, se encuentra bloqueado, por lo que no ha empezado a funcionar.
La posición de EEUU, recalcó la funcionara, es que si Rusia invade Ucrania "de un modo u otro, Nord Stream 2 no comenzará" el bombeo de gas.
A juicio de Washington, indicó, el gasoducto "es un proyecto geopolítico que socava la seguridad energética y la seguridad nacional de una parte significativa de la comunidad euroatlántica".
Poco antes de viajar a Estados Unidos, sin embargo, el canciller alemán rehusó una vez más hacer referencia explícita a una posible suspensión de los permisos del Nord Stream 2, aunque destacó que el potencial castigo sería "de amplio alcance y muy duro".