Tanto Kocner como su cómplice, Alena Zsuzsová, presunta intermediaria entre Kocner y los dos autores materiales del crimen, se hallaban hoy presentes en el inicio de la vista oral.
Se trata de la repetición de un proceso que, en septiembre de 2020, acabó en la absolución de los dos principales sospechosos, y que poco después el Tribunal Supremo obligó a reabrir.
La primera vista de la repetición del juicio comenzó esta mañana en el Tribunal Penal Especial de Pezinok, instancia que absolvió a Kocner y Zsuzsová el 3 de septiembre de 2020 tras esgrimir falta de pruebas.
La sentencia absolutoria, que causó gran consternación dentro y fuera del país, fue impugnada en el Supremo por la fiscalía, las familias y uno de los condenados, el autor material del asesinato.
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La alta magistratura obligó a esa corte especial, creada según el modelo de la Audiencia Nacional española, y que dirime delitos graves, a reabrir el caso, ahora con pruebas adicionales, como es la comunicación cifrada de los sospechosos.
Kuciak y Kusnirova, ambos de 27 años, fueron asesinados a tiros en su casa de la localidad eslovaca de Velka Maca, cerca de la capital, Bratislava, el 21 de febrero de 2018.
En ese momento, Kuciak, que escribía en el diario digital "Aktuality.sk", investigaba las conexiones de las élites políticas con la mafia y, más concretamente, hacía pesquisas sobre posibles delitos fiscales de Kocner.
Su último artículo trataba precisamente de la supuesta corrupción de ese hombre de negocios y la publicación póstuma de estas informaciones desataron una masiva ola de indignación en el país, con protestas callejeras multitudinarias que se prolongaron ante la lentitud de la investigación policial tras el crimen.
La situación forzó la caída del socialdemócrata Robert Fico, el entonces influyente primer ministro, cuyo partido perdió las elecciones legislativas de febrero de 2020 y no pudo revalidar el Ejecutivo.
"Fue asesinado porque trataba de desenmascarar la corrupción y abuso de poder", recordó recientemente, con motivo de cumplirse los cuatro años del crimen, la presidenta eslovaca, Zuzana Caputova, durante una visita al lugar donde Kuciak y Kusnírová recibieron los balazos que acabaron con sus vidas.
