Los asistentes al acto, organizado por el Sindicato Nacional de Estudiantes, portaron banderas rusas y sirias en un mensaje de respaldo a Moscú en su intervención militar, así como a la población de ese país ante las medidas tomadas en represalia en su contra por parte de la comunidad internacional.
"Las sanciones de Occidente son duras, nosotros hemos sufrido mucho debido a ellas y conocemos la magnitud de su impacto en la gente, por eso queremos decir que nuestra concentración de hoy no es más que una respuesta bonita de apoyo por los derechos robados", dijo a Efe una participante que se identificó solo como Hind.
La joven, en su tercer año de Odontología, también aplaudió el apoyo militar que Rusia brinda a Damasco desde 2015 en el conflicto armado en territorio sirio.
Otro de los asistentes a la concentración, el alumno de Derecho Husein, consideró que Moscú tiene derecho a "defender su seguridad" y se pregunta por qué Occidente no denunció del mismo modo la invasión estadounidense a Irak en 2003 o la intervención de Washington en Siria.
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En la actualidad, las fuerzas estadounidenses, enemigas del Gobierno sirio, mantienen una presencia limitada principalmente en zonas del norte y este de la nación árabe bajo el control de sus aliados kurdosirios.
"Lo que la prensa occidental está haciendo a Rusia es lo mismo que nos hizo a nosotros hace diez años (al inicio del conflicto sirio). Sabemos cómo distorsionan los hechos y demonizan a nuestros líderes", denunció en declaraciones a Efe, por su parte, la estudiante Maryam.
Los argumentos de este grupo de jóvenes van en línea con la postura oficial de Damasco, que en las últimas semanas ha reiterado el apoyo a su aliado.
A finales del pasado febrero, el presidente sirio, Bachar al Asad, calificó de "corrección de la historia" y "restauración del equilibrio en el mundo" la invasión a Ucrania, durante una llamada telefónica con su homólogo ruso, Vladímir Putin.
Desde el inicio de la invasión rusa hace cerca de dos semanas, más de 2,15 millones de ucranianos han huido del país y al menos 1.335 civiles han resultado muertos o heridos, entre ellos 474 personas fallecidas en ataques, según datos de la Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos.